El Washington Post destaca este martes la oposición que dentro del propio Vaticano está teniendo el papa Francisco, en relación con lo que algunos llaman los cambios liberales del Sumo Pontífice.
En un extenso artículo el periodista Anthony Faiola describe que "está emergiendo rápidamente una guerra cultural sobre el papado de Francisco y la poderosa jerarquía que gobierna la Iglesia Católica Romana" en vísperas del viaje a Cuba y Estados Unidos, "en un momento en que sus aliados progresistas lo aclaman como un revolucionario, en referencia al perdón del aborto y el llamado a los católicos en Europa a recibir a los refugiados.
"Sin embargo, mientras cambia drásticamente la convención de la iglesia, Francisco también está lidiando con una reacción conservadora contra el impulso liberal dentro de la Iglesia", dice el artículo.
“En más de una docena de entrevistas, incluyendo a siete funcionarios de alto nivel dentro de la Iglesia, los observadores dicen que el cambio ha dejado a la jerarquía más polarizada que nunca respecto de la dirección de la Iglesia desde los grandes reformistas papales de la década de 1960", menciona Faiola.
"La rebelión conservadora está adquiriendo muchas formas -en los comentarios públicos, sí, pero también en la creciente popularidad de los sitios web católicos conservadores que promueven la disidencia contra Francisco; libros y material promocionales respaldadas por clérigos
El artículo señala la gravedad del problema en este momento, “una situación muy alarmante, donde sacerdotes y obispos católicos están diciendo y haciendo cosas que están en contra de lo que enseña la Iglesia (...) El Papa no hace nada para silenciarlos. Así que la conclusión es que esto es lo que él quiere"
"Los conservadores replican que en un clima de aumento de pensamiento liberal, han sido empujados injustamente a una posición en la que «la defensa de las verdaderas enseñanzas de la iglesia te hace ver como un enemigo del Papa»", continúa el texto, al citar a un "alto funcionario del Vaticano con la condición de guardar el anonimato con el fin de hablar con libertad".
“Hacia el final del texto, el periodista cita al arzobispo de Chicago, Blase J. Cupich, cercano al Papa, quien afirma que el Papa en realidad quiere abrir el debate. "Creo que la gente está hablando libremente porque se sienten fuertes y pasionales respecto de su posición, y no creo que el Santo Padre lo vea como un ataque personal contra él. El Santo Padre ha abierto la posibilidad de que estas cosas se discutan abiertamente; él no ha predeterminado a dónde va a terminar esto", dice el religioso”.