El botero no te obliga a ser su cliente, quien en realidad te obliga es el Estado...
La mejor, la más famosa, por donde han pasado casi todos los cubanos, a casarse, divorciarse, testar, hacer poderes...
Aquí relato lo me costó hacer un almuerzo para cuatro personas, a propósito de la visita de unos amigos a mi casa.
En peligro, grandes exponentes del art decó en La Habana...
Donde el arquitecto Octavio Buigas se lució con la solución de las espectaculares gradas que albergaban 3 150 personas.
Mi reencuentro con parte de nuestra cultura importada por nuestros compatriotas a esta otra orilla, ha renovado mi espíritu.
La bloguera cubana Rebeca Monzó ha publicado una serie de fotos que reflejan la precariedad de los servicios sanitarios del Hospital Ginecosbtétrico Ramón González Coro, antiguamente llamado Clínica Sagrado Corazón.
Antes del año cincuenta y nueve del siglo pasado, yo poseía una gran familia: abuelos, padres, madres, tíos, tías, primos, primas, padrinos, madrinas, así como sus respectivos cónyuges.
Letreros negros de: “Hijos de Iván, váyanse a casa”, “Praga un segundo Vietnam”, flechas indicando la salida, que decían “Moscú a 1,849 kilómetros”.
Son muy llamativos los congresos de la UPEC donde jamás se producen discrepancias, y la “sospechosa unanimidad” es la que asegura todos los acuerdos tomados en los mismos.
Un médico después de rendir 14 horas de guardia en el hospital, recibe en compensación 24 pesos (aproximadamente un dólar), 6 pesos los enfermeros y 3 pesos los auxiliares.
El Congreso Art Decó 2013 en Cuba se celebra en La Habana, urbe donde colapsa un promedio de tres viviendas diarias .
La oleada de personal de salud pública visitando las casas para detectar focos de aedes aegyti no es la solución para erradicar los problemas asegura la bloguera cubana Rebeca Monzó
Un día de las madres fui al panteón familiar a dejar flores, y casi desmayo al percatarme que el gran crucifijo de bronce que adornaba el panteón, faltaba.
El empleado que estaba a cargo de la fotocopiadora, no en la mejor forma, me mandó a salir: salga, si usted entra puede tumbar el sistema, hay muchas personas respirando.
Ayer, finalmente, después de un mes concluyó el trámite misterioso de una recarga telefónica, que me hicieran y, al parecer, despertó mucha inquietud por parte de una empresa, que más que comercial, parece digna de un buró de investigaciones.