En estos momentos en que se celebra en nuestro país el Congreso Art Déco 2013, mientras los invitados y delegados asisten a las conferencias, colapsa un promedio de tres viviendas diarias en la capital.
El Art Déco, surgido entre los años 20 y 30 del Siglo XX, influenció vivamente a nivel mundial en la arquitectura, así como en las artes decorativas, la pintura, la moda, la escultura, el cine y la gráfica.
En nuestro país el exponente más emblemático de este movimiento arquitectónico, considerado por muchos la obra maestra, es el Edificio Bacardí, construido entre los años 1930-1938, cuyo diseño y ejecución estuvo a cargo de los arquitectos cubanos Esteban Rodríguez Castell, Rafael Fenández Ruenes y José Menéndez. Afortunadamente se conserva en muy buen estado.
Proliferan por toda la ciudad exponentes y remanentes de este movimiento, tales como el edificio López Serrano, otro bello ejemplo de este estilo, de una elegancia y diseño notables, hoy maltratado y depredado, debido al abandono y la desidia de las autoridades gubernamentales, y que corre gran riesgo de perderse si no se toman medidas urgentes al respecto. Otros ejemplos de este arte lo son los cines América, Fausto y Arenal, todos igualmente en peligro.
En cuanto a la representación de esta arquitectura en el sector de la medicina, están el hospital materno infantil América Arias, de los arquitectos Govantes y Cabarrocas bello exponente del Art Déco, muy maltratado y también en peligro de perderse. También el hospital infantil Pedro Borras, que lleva más de dos décadas cerrado por problemas estructurales, causados sin duda por las explosiones próximas a éste, cuando la fiebre de construcción de túneles en toda la ciudad, so pretexto de “la guerra de todo el pueblo” en la década de los ochenta. Este centro en su época fue el más grande exponente de este estilo, incluyendo el de la ciudad de Chicago, en Estados Unidos de Norteamérica.
En el ámbito de las construcciones militares está el Cuartel Moncada, en la ciudad de Santiago de Cuba, que sí se encuentra en buen estado de conservación.
Ayer tarde, en La Casa de las Tejas Verdes, en Miramar, durante la magnífica conferencia ofrecida “La Habana de hoy y del Futuro”, el arquitecto Miguel Coyula empleó de manera certera el término Ar-kitsch-tectura (de su cosecha), para referirse a los engendros aportados por las personas que, con algunos recursos y sin el más mínimo conocimiento, han podido construirse una vivienda o reformar la que poseen: algo horrendo.
Unos de los planteamientos que más llamó la atención de los allí presentes, fue la altísima cifra, cerca del 90% de propietarios de viviendas, pero no así de los edificios, ocasionando el consiguiente término de “tierra de nadie”. El edificio no tiene dueño, por consiguiente no tiene mantenimiento ni servicios. Cada vecino resuelve su problema como puede, y esto ocasiona acelerar aún más el deterioro del mismo, amén que la política del individualismo prolifera cada día más. “Tener no es mantener” aclaró el conferencista. El dueño de un apartamento cuyo salario es de 300.00 pesos mensuales, no puede invertir el 45% del mismo en comprar un galón de pintura.
Otra de las causas que más influye en el deterioro de la ciudad, según expusieron, es el envejecimiento de la población. La emigración de personas jóvenes y bien preparadas, así como la inmigración hacia la capital, provenientes de otras provincias y mayoritariamente sin preparación, que vienen buscando mejoras económicas y se asientan donde quiera sin condiciones ningunas, haciendo crecer desmesuradamente el número de barrios marginales y favelas.
Ese es el panorama presente de la ciudad de la gran ciudad superpoblada, ¿cual será su futuro?
El Art Déco, surgido entre los años 20 y 30 del Siglo XX, influenció vivamente a nivel mundial en la arquitectura, así como en las artes decorativas, la pintura, la moda, la escultura, el cine y la gráfica.
En nuestro país el exponente más emblemático de este movimiento arquitectónico, considerado por muchos la obra maestra, es el Edificio Bacardí, construido entre los años 1930-1938, cuyo diseño y ejecución estuvo a cargo de los arquitectos cubanos Esteban Rodríguez Castell, Rafael Fenández Ruenes y José Menéndez. Afortunadamente se conserva en muy buen estado.
Proliferan por toda la ciudad exponentes y remanentes de este movimiento, tales como el edificio López Serrano, otro bello ejemplo de este estilo, de una elegancia y diseño notables, hoy maltratado y depredado, debido al abandono y la desidia de las autoridades gubernamentales, y que corre gran riesgo de perderse si no se toman medidas urgentes al respecto. Otros ejemplos de este arte lo son los cines América, Fausto y Arenal, todos igualmente en peligro.
En cuanto a la representación de esta arquitectura en el sector de la medicina, están el hospital materno infantil América Arias, de los arquitectos Govantes y Cabarrocas bello exponente del Art Déco, muy maltratado y también en peligro de perderse. También el hospital infantil Pedro Borras, que lleva más de dos décadas cerrado por problemas estructurales, causados sin duda por las explosiones próximas a éste, cuando la fiebre de construcción de túneles en toda la ciudad, so pretexto de “la guerra de todo el pueblo” en la década de los ochenta. Este centro en su época fue el más grande exponente de este estilo, incluyendo el de la ciudad de Chicago, en Estados Unidos de Norteamérica.
En el ámbito de las construcciones militares está el Cuartel Moncada, en la ciudad de Santiago de Cuba, que sí se encuentra en buen estado de conservación.
Ayer tarde, en La Casa de las Tejas Verdes, en Miramar, durante la magnífica conferencia ofrecida “La Habana de hoy y del Futuro”, el arquitecto Miguel Coyula empleó de manera certera el término Ar-kitsch-tectura (de su cosecha), para referirse a los engendros aportados por las personas que, con algunos recursos y sin el más mínimo conocimiento, han podido construirse una vivienda o reformar la que poseen: algo horrendo.
Unos de los planteamientos que más llamó la atención de los allí presentes, fue la altísima cifra, cerca del 90% de propietarios de viviendas, pero no así de los edificios, ocasionando el consiguiente término de “tierra de nadie”. El edificio no tiene dueño, por consiguiente no tiene mantenimiento ni servicios. Cada vecino resuelve su problema como puede, y esto ocasiona acelerar aún más el deterioro del mismo, amén que la política del individualismo prolifera cada día más. “Tener no es mantener” aclaró el conferencista. El dueño de un apartamento cuyo salario es de 300.00 pesos mensuales, no puede invertir el 45% del mismo en comprar un galón de pintura.
Otra de las causas que más influye en el deterioro de la ciudad, según expusieron, es el envejecimiento de la población. La emigración de personas jóvenes y bien preparadas, así como la inmigración hacia la capital, provenientes de otras provincias y mayoritariamente sin preparación, que vienen buscando mejoras económicas y se asientan donde quiera sin condiciones ningunas, haciendo crecer desmesuradamente el número de barrios marginales y favelas.
Ese es el panorama presente de la ciudad de la gran ciudad superpoblada, ¿cual será su futuro?