Laico cubano señala responsabilidad gravísima del Estado y dice que están a tiempo de parar la violencia que se avecina

La policía antidisturbios y guardias de civil en el municipio de Arroyo Naranjo, La Habana el 12 de julio de 2021. YAMIL LAGE / AFP

"Los días venideros anuncian un aumento de las tensiones internas, una incitación a la violencia entre cubanos. Estamos a tiempo de parar esa maquinaria de confrontación", escribió este lunes el reconocido laico cubano Dagoberto Valdés.

El activista y fundador de las revistas Vitral y Convivencia alertó que "es responsabilidad gravísima de las autoridades del Estado cuidar de no llamar al enfrentamiento, no incitar enconos, no permitir que los medios de comunicación instiguen la división entre cubanos, ni el recurso amenazante, ni la siembra del odio, ni la maquinaria del terror entre cubanos".

La plataforma Archipiélago, promotora de la Marcha Cívica por el Cambio en Cuba, dirigió este lunes una carta a la comunidad internacional en la que pide su acompañamiento el próximo 15 de noviembre, porque creen que "podría persuadir a las autoridades cubanas de emplear la violencia contra manifestantes pacíficos".

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La organización, que ha insistido en el carácter pacífico de la convocatoria del 15N, teme por la seguridad de los manifestantes, ante las amenazas desatadas por el gobierno, que ha llamado a los órganos represivos y sus seguidores a "combatir" en las calles a los "contrarrevolucionarios".

Dagoberto Valdés en la Ermita de la Caridad


​En su columna publicada en la revista Árbol Invertido, Valdés dijo que "Cuba es el Hogar Nacional de todos los cubanos" y que "pelear entre hermanos solo conseguirá destruir a la familia cubana.

"La alternativa es el cambio. Un cambio de verdad. Hagámoslo en paz", escribió el activista, integrante entre 1999 y 2006 del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz de la Curia Romana para la promoción internacional de la justicia, la paz y los derechos humanos desde la perspectiva de la Iglesia católica.

En su texto afirma que la represión en la isla es a todos los niveles:

"La represión en la familia, en las escuelas, en los centros laborales y en todos los ámbitos de la vida no puede durar toda la vida. Una sociedad no puede vivir en represión para siempre. Nada se puede sostener a base de represión. La represión empeora las cosas dentro de Cuba. La represión agrava las relaciones de Cuba con la comunidad internacional. La represión es la señal de la etapa final antes del cambio.

Llegados al punto en que el único recurso que parece quedar es reprimir, entonces toca parar, pensar, cambiar y dar cauce libre, seguro e institucional a las demandas que se reprimen. Lo contrario conduce al caos y a la violencia. Todo ciudadano debe evitar por todos los medios el uso de la violencia verbal, mediática, institucional, física, psicológica. Toda autoridad civil y militar debe evitar el uso de la violencia en todas sus formas.

Es responsabilidad de cada ciudadano buscar cauces pacíficos y cívicos a sus necesidades y exigencias legítimas. Es responsabilidad gravísima de las autoridades del Estado cuidar de no llamar al enfrentamiento, no incitar enconos, no permitir que los medios de comunicación instiguen la división entre cubanos, ni el recurso amenazante, ni la siembra del odio, ni la maquinaria del terror entre cubanos.

Estamos a tiempo. Cese el enfrentar a los cubanos por su manera de pensar, por su manera de creer, por sus opciones políticas, por sus diversas ideologías".

El ingeniero agrónomo y Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España, recordó fundamentos universales: Una ideología, un partido y una revolución no pueden estar sobre el respeto de la dignidad y los derechos de la persona humana.

En su texto propone:

1. La represión y la violencia entre cubanos debe cesar ya. Mañana puede ser demasiado tarde.

2. Las legítimas demandas de los ciudadanos cubanos deben ser escuchadas, atendidas y solucionadas estructural e institucionalmente sin dilación.

3. Si la “soberanía radica en el pueblo y este la ejerce directamente”, entonces basta ya de “permisos”, presos y represión a las fuerzas productivas que lleva en sí cada cubano.

4. Cese el bloqueo a la iniciativa privada, la propiedad individual, la libre empresa, la producción de riqueza y la mayor autonomía e independencia de las organizaciones, empresas y asociaciones de la sociedad civil.

5. Las demandas más repetidas por el pueblo en sus manifestaciones públicas son muy claras: libertad, derechos, Patria y Vida. Entonces, no basta con la aparente apertura económica. Eso sería un cambio fraude. Si las demandas supremas están expresadas a lo largo de toda Cuba, pues venga la apertura política, el pluralismo ideológico, y la redacción de una nueva Carta Magna donde se reconozcan no solo los derechos y libertades de las mayorías sino también los de las minorías que ahora está claro que no son los grupos de la sociedad civil. Una Constitución de la República en la que quepamos todos, sin distinción.

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Días atrás, el monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, mencionó la necesidad de implementar cambios urgentes en Cuba y de que no se haga un llamado a la violencia.

Durante la eucaristía del 31 de octubre de 2021, en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad en El Cobre, el religioso pidió a la Virgen que los cubanos se amen unos a otros, que no le deseen nada malo a nadie y que no hagan ningún mal a otro.

"Al ser iguales todos tenemos que respetarnos. Que nunca entre nosotros haya un llamado a la violencia, que nunca un vecino se ponga contra otro vecino, ni un joven contra otro joven, así no se construye la Patria", dijo el Arzobispo, miembro del Comité Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.