El lunes será firmado el acuerdo para el diálogo político y la cooperación con La Habana que ha sido consensuado ya a nivel de embajadores europeos.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) tienen previsto aprobar mañana la apertura de la negociación de un acuerdo bilateral con Cuba, así como abordar la crisis política en Ucrania, donde el bloque comunitario se ha ofrecido a facilitar el diálogo entre el Gobierno y la oposición.
Los Veintiocho aprobarán como punto sin debate la directiva de negociación de un acuerdo para el diálogo político y la cooperación con La Habana que ha sido consensuado ya a nivel de embajadores europeos, de forma que podrían iniciarse los contactos entre la UE y las autoridades cubanas "este mismo mes", según fuentes diplomáticas.
El objetivo de este acuerdo es ampliar los ámbitos de cooperación con la isla, acompañar sus reformas socio-económicas, y fomentar mayor respeto de los derechos humanos, en un momento en que la UE ha observado "cierto movimiento en el plano económico y moderación en el plano político".
Así, los Estados miembros autorizarán a la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, y a la Comisión Europea (CE) a iniciar la negociación, sobre la que deberán informar al Consejo y que podría ser suspendida si los Veintiocho no observan avances en el plano de los derechos humanos en la isla, dijeron las fuentes.
Precisamente, la negociación se iniciará mientras permanece vigente la "posición común" -la política unilateral impuesta por la UE hacia Cuba en 1996 a propuesta del Gobierno del conservador español de José María Aznar-, una "garantía" exigida por varios Estados miembros para mantener la misma política hacia La Habana en
el caso de que las conversaciones no den los resultados esperados.
En cambio, si el acuerdo llega a buen puerto, precisaron que la "posición común" caería mediante, eso sí, una decisión unánime de los países de la Unión.
De hecho, en el texto de la propia posición común se anima a los países a reforzar el diálogo con la isla de cara a "la futura negociación de un acuerdo de cooperación".
En opinión de fuentes diplomáticas, un acuerdo bilateral ofrece la oportunidad de negociar en un marco de igualdad de condiciones, mientras que la "posición común" es un instrumento unilateral aplicado por la UE que las autoridades cubanas siempre han rechazado y ante el que no sienten aludidas.
Por otra parte, el futuro acuerdo no contempla otorgar ventajas comerciales al país en un momento en que la UE ha renovado su sistema de preferencias arancelarias (en vigor desde el 1 de enero), excluyendo a países que han alcanzado un nivel de renta media-alta como Cuba, pero sí crear una "base más estable" para fortalecer los
lazos económicos.
La Habana tiene interés en atraer más turismo e inversiones, en tanto que la UE ve oportunidades no sólo en el turismo sino también en las infraestructuras, la industria o la agricultura.
"Cuantos más avances políticos (en la isla), más inversión podrá haber", indicaron las fuentes, que consideraron que la UE afronta "con optimismo" esta negociación, que podría durar "uno o dos años como mucho" en el caso de que "todo el mundo vaya con buena fe".
La negociación de este acuerdo es el resultado de la petición de los ministros a Catherine Ashton a finales de 2012 para que explorara las posibilidades de abrir una nueva relación con La Habana.
La UE reanudó su diálogo político y cooperación con la isla en 2008 tras levantar -a propuesta de España- sanciones diplomáticas a La Habana por encarcelar a 75 opositores, pero Cuba sigue siendo el único país de América Latina con el que la Unión no tiene suscrito ningún acuerdo bilateral.
Los ministros también intercambiarán puntos de vista sobre la crisis ucraniana y escucharán de Ashton el resultado de sus visitas a Kiev, donde la UE intenta "facilitar" el diálogo entre el Gobierno y la oposición y la sociedad civil, que piden más democracia y aproximación al bloque europeo.
Según fuentes comunitarias, las sanciones a ese país son una opción en el horizonte si no cesa la violencia -aunque por el momento se previere mantener abierta la línea del diálogo-, pero también la posibilidad de ofrecerle una ayuda económica junto al Fondo Monetario Internacional si Ucrania realiza las reformas necesarias y en función de la constitución de un nuevo Gobierno.
Asimismo, el Consejo hará balance sobre los resultados de la conferencia de paz "Ginebra 2" entre las autoridades y los grupos opositores sirios; la situación en Túnez, Egipto y Libia, y la preparación del envío de una misión europea para ayudar a estabilizar la República Centroafricana.
Los Veintiocho aprobarán como punto sin debate la directiva de negociación de un acuerdo para el diálogo político y la cooperación con La Habana que ha sido consensuado ya a nivel de embajadores europeos, de forma que podrían iniciarse los contactos entre la UE y las autoridades cubanas "este mismo mes", según fuentes diplomáticas.
El objetivo de este acuerdo es ampliar los ámbitos de cooperación con la isla, acompañar sus reformas socio-económicas, y fomentar mayor respeto de los derechos humanos, en un momento en que la UE ha observado "cierto movimiento en el plano económico y moderación en el plano político".
Así, los Estados miembros autorizarán a la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, y a la Comisión Europea (CE) a iniciar la negociación, sobre la que deberán informar al Consejo y que podría ser suspendida si los Veintiocho no observan avances en el plano de los derechos humanos en la isla, dijeron las fuentes.
Precisamente, la negociación se iniciará mientras permanece vigente la "posición común" -la política unilateral impuesta por la UE hacia Cuba en 1996 a propuesta del Gobierno del conservador español de José María Aznar-, una "garantía" exigida por varios Estados miembros para mantener la misma política hacia La Habana en
el caso de que las conversaciones no den los resultados esperados.
En cambio, si el acuerdo llega a buen puerto, precisaron que la "posición común" caería mediante, eso sí, una decisión unánime de los países de la Unión.
De hecho, en el texto de la propia posición común se anima a los países a reforzar el diálogo con la isla de cara a "la futura negociación de un acuerdo de cooperación".
En opinión de fuentes diplomáticas, un acuerdo bilateral ofrece la oportunidad de negociar en un marco de igualdad de condiciones, mientras que la "posición común" es un instrumento unilateral aplicado por la UE que las autoridades cubanas siempre han rechazado y ante el que no sienten aludidas.
Por otra parte, el futuro acuerdo no contempla otorgar ventajas comerciales al país en un momento en que la UE ha renovado su sistema de preferencias arancelarias (en vigor desde el 1 de enero), excluyendo a países que han alcanzado un nivel de renta media-alta como Cuba, pero sí crear una "base más estable" para fortalecer los
lazos económicos.
La Habana tiene interés en atraer más turismo e inversiones, en tanto que la UE ve oportunidades no sólo en el turismo sino también en las infraestructuras, la industria o la agricultura.
"Cuantos más avances políticos (en la isla), más inversión podrá haber", indicaron las fuentes, que consideraron que la UE afronta "con optimismo" esta negociación, que podría durar "uno o dos años como mucho" en el caso de que "todo el mundo vaya con buena fe".
La negociación de este acuerdo es el resultado de la petición de los ministros a Catherine Ashton a finales de 2012 para que explorara las posibilidades de abrir una nueva relación con La Habana.
La UE reanudó su diálogo político y cooperación con la isla en 2008 tras levantar -a propuesta de España- sanciones diplomáticas a La Habana por encarcelar a 75 opositores, pero Cuba sigue siendo el único país de América Latina con el que la Unión no tiene suscrito ningún acuerdo bilateral.
Los ministros también intercambiarán puntos de vista sobre la crisis ucraniana y escucharán de Ashton el resultado de sus visitas a Kiev, donde la UE intenta "facilitar" el diálogo entre el Gobierno y la oposición y la sociedad civil, que piden más democracia y aproximación al bloque europeo.
Según fuentes comunitarias, las sanciones a ese país son una opción en el horizonte si no cesa la violencia -aunque por el momento se previere mantener abierta la línea del diálogo-, pero también la posibilidad de ofrecerle una ayuda económica junto al Fondo Monetario Internacional si Ucrania realiza las reformas necesarias y en función de la constitución de un nuevo Gobierno.
Asimismo, el Consejo hará balance sobre los resultados de la conferencia de paz "Ginebra 2" entre las autoridades y los grupos opositores sirios; la situación en Túnez, Egipto y Libia, y la preparación del envío de una misión europea para ayudar a estabilizar la República Centroafricana.