A la Unión Europea (UE) le interesa que Cuba tenga un futuro “estable y lo más próspero posible para todos”, según dijo el jefe de la delegación diplomática en La Habana de ese bloque de 28 naciones, Herman Portocarrero.
El diplomático fue entrevistado por Orlando Márquez Hidalgo, director de Palabra Nueva, revista de la arquidiócesis de La Habana, que reproduce íntegramente en su edición digital sus declaraciones.
Portocarrero señaló que la UE comparte con Cuba “desafíos económicos, ambientales y ante todo demográficos: ¿cómo mantener un sistema social costoso con una población con larga esperanza de vida y un bajo índice de natalidad?”
De acuerdo con el embajador, “la relación con Cuba es muy específica” y desde “el reinicio del diálogo político Cuba/UE (en 2008), el énfasis ha sido en la cooperación para el desarrollo, con presencia de la UE en sectores y actividades de sumo interés como la seguridad alimentaria, el cambio climático y la actualización económica”.
Los próximos pasos, para darle realmente contenido al diálogo en su conjunto, aclaró “se van preparando dentro del marco de una negociación amplia con Cuba, cuyo principio se aprobó en el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores en noviembre de 2012”.
A juicio del diplomático, la denominada posición común, que condiciona una mejora en las relaciones bilaterales al avance de la democracia y el respeto a los derechos humanos en la isla, “define grandes rasgos políticos y principios de base”.
A eso se agrega según dijo, “diplomacias bilaterales” aplicadas por cada país en función de la cooperación. “Idealmente, los dos caminos tienen que unirse. Es precisamente uno de los propósitos de la negociación que vamos preparando”.
En alusión indirecta al embargo que aplica EE.UU. al gobierno cubano, el embajador señaló que uno de los valores más importantes defendidos por la UE es “el rechazo de medidas unilaterales y extraterritoriales en el ámbito de la economía”.
Tras apuntar que vista desde Europa “la integración tanto política como económica en América Latina es complicadísima”, Portocarrero indicó que hay gran cantidad de organismos diversos, subregionales y otros, con agendas distintas. “La CELAC—puntualizó— parece el organismo de mayor alcance para adelantar la integración en el conjunto de la región”.
Respecto a los cambios que se llevan a cabo en la isla dijo que ”en el momento en que Cuba pasa por una reforma económica hacia un papel más importante de las fuerzas del mercado, es pertinente la experiencia de Europa en buscar el equilibrio entre el mercado y la economía social”.
El diplomático fue entrevistado por Orlando Márquez Hidalgo, director de Palabra Nueva, revista de la arquidiócesis de La Habana, que reproduce íntegramente en su edición digital sus declaraciones.
Portocarrero señaló que la UE comparte con Cuba “desafíos económicos, ambientales y ante todo demográficos: ¿cómo mantener un sistema social costoso con una población con larga esperanza de vida y un bajo índice de natalidad?”
De acuerdo con el embajador, “la relación con Cuba es muy específica” y desde “el reinicio del diálogo político Cuba/UE (en 2008), el énfasis ha sido en la cooperación para el desarrollo, con presencia de la UE en sectores y actividades de sumo interés como la seguridad alimentaria, el cambio climático y la actualización económica”.
Los próximos pasos, para darle realmente contenido al diálogo en su conjunto, aclaró “se van preparando dentro del marco de una negociación amplia con Cuba, cuyo principio se aprobó en el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores en noviembre de 2012”.
A juicio del diplomático, la denominada posición común, que condiciona una mejora en las relaciones bilaterales al avance de la democracia y el respeto a los derechos humanos en la isla, “define grandes rasgos políticos y principios de base”.
A eso se agrega según dijo, “diplomacias bilaterales” aplicadas por cada país en función de la cooperación. “Idealmente, los dos caminos tienen que unirse. Es precisamente uno de los propósitos de la negociación que vamos preparando”.
En alusión indirecta al embargo que aplica EE.UU. al gobierno cubano, el embajador señaló que uno de los valores más importantes defendidos por la UE es “el rechazo de medidas unilaterales y extraterritoriales en el ámbito de la economía”.
Tras apuntar que vista desde Europa “la integración tanto política como económica en América Latina es complicadísima”, Portocarrero indicó que hay gran cantidad de organismos diversos, subregionales y otros, con agendas distintas. “La CELAC—puntualizó— parece el organismo de mayor alcance para adelantar la integración en el conjunto de la región”.
Respecto a los cambios que se llevan a cabo en la isla dijo que ”en el momento en que Cuba pasa por una reforma económica hacia un papel más importante de las fuerzas del mercado, es pertinente la experiencia de Europa en buscar el equilibrio entre el mercado y la economía social”.