El preso político cubano José Daniel Ferrer García se declaró en huelga de hambre este jueves luego de que las autoridades del penal le prohibieran conservar los alimentos que le suministra su familia. El líder opositor se niega a ingerir la comida de la cárcel.
"Según los sicarios castristas encargados, al José Daniel ser confinado en un destacamento junto a reclusos comunes, tiene que cumplir el mismo reglamento, razón por la cual ni siquiera las botellas de agua le permitieron, obligándolo a acudir a la huelga de hambre", explicó en un comunicado su hermana, Ana Belkis Ferrer.
A medidados de 2022, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) sintió que su salud se deterioraba progresivamente y notó "que le estaban suministrando determinadas sustancias en los escasos y mal elaborados alimentos del penal, por lo que decidió rechazarlos y sobrevivir con los alimentos que le hacemos llegar en las jabas", detalló la hermana.
La fuente familiar explicó que desde entonces Ferrer solo ha ingerido esos alimentos que inicialmente, le permitían cada dos meses, después cada 45 días y, en el último año, una vez al mes.
Tras más de 20 meses sin contacto con su familia, las autoridades penitenciarias, permitieron el lunes una visita conyugal al preso político.
Su esposa, Nelva Ismaray Ortega, dijo en un video que encontró a su esposo "aún con lesiones, con marcas, aunque hicieron que fueran borradas, de la brutal golpiza del pasado 18 de noviembre".
De acuerdo al relato de Ortega, tras la golpiza, Ferrer estuvo 48 horas, en el centro médico de la cárcel de Boniato sin ingerir alimentos hasta que agentes de la policía política le llevaron comida, suplementos de aseo y agua.
Numerosas organizaciones y personalidades, entre ellas Amnistía Internacional y el subsecretario de Estado Adjunto de EEUU, Brian Nichols, denunciaron la responsabilidad del régimen cubano en el estado físico del fundador de la Unión Patriótica de Cuba y dijeron estar preocupados por su vida.
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