Una reciente investigación del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, DC, alerta sobre la creciente presencia de China en Cuba.
El estudio detalla cuatro instalaciones que podrían estar siendo utilizadas para compilar señales de inteligencia (SIGINT) sobre Estados Unidos.
Henry Ziemer, coautor del informe titulado “La huella de inteligencia de China en Cuba: nueva evidencia e implicaciones para la seguridad de Estados Unidos”, explicó a Martí Noticias algunos detalles de la investigación.
Para el experto, la presencia de China en Cuba es muy importante para ambos países y China "demuestra que puede operar mucho más allá de sus propias fronteras, incluso justo frente a la nariz de Estados Unidos”, dijo Ziemer, investigador asociado del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
"Uno de los sitios incluidos en el reporte está ubicado en las afueras de Santiago de Cuba, muy cerca de la base naval estadounidense en Guantánamo. Este tipo de instalación puede recolectar información sobre la frecuencia, origen, dirección y volumen de tráfico en las comunicaciones, proporcionando un panorama muy detallado de las actividades militares y comerciales en el Caribe, no solo de Estados Unidos”, afirmó.
El investigador se refirió a El Salao, al oeste de Santiago de Cuba, una de las cuatro supuestas bases de inteligencia chinas en Cuba identificadas mediante imágenes satelitales. Las otras tres están situadas en los alrededores de la capital: Calabazar, Wajay y Bejucal.
La agencia Reuters abordó este tema en junio del 2023 y conversó con residentes de dichas zonas. “No se sabe qué es, pero sé que es militar, y no se puede pasar”, comentó Arnaldo Pérez, un campesino de Bejucal. En esta localidad, los vecinos se mostraron incrédulos cuando Reuters les preguntó al respecto. Las imágenes difundidas mostraron antenas satelitales en medio de un campo prácticamente inaccesible, junto a un cartel que decía: “No pase. Zona militar”.
Onevis Despaigne, otro campesino del área, relató haber ingresado a las instalaciones: “Cuando iba a entregar documentos, para entrar necesitabas un acceso, un solapín (identificación) y una contraseña”.
En junio del año pasado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, respondió a una pregunta de la prensa sobre la situación: “Cuando esta administración asumió el cargo en enero de 2021, fuimos informados de una serie de iniciativas delicadas de Beijing en todo el mundo para ampliar su logística en el extranjero”.
“Según la información que tenemos, la República Popular China modernizó sus instalaciones de recopilación de inteligencia en Cuba en 2019”, añadió el funcionario.
Tanto el gobierno chino como la cancillería cubana negaron estas acusaciones. “La posición de Cuba sobre este tema es clara y categórica: esas declaraciones carecen de sustento”, afirmó el canciller Bruno Rodríguez.
Tras la publicación del reciente informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, el Departamento de Estado de EEUU dijo a Martí Noticias que continuará monitoreando la situación. Según la declaración, la República Popular China seguirá intentando aumentar su presencia en Cuba, mientras que Estados Unidos trabajará para limitar estos avances.
Para Ziemer, Cuba ofrece a China algo único: su proximidad a Estados Unidos. A su vez, China puede proporcionar a la devastada isla inyecciones de capital que otros aliados no pueden ofrecer bajo las actuales condiciones.
“China tiene una economía más grande y los recursos económicos que Cuba necesita, por lo que la cooperación en materia de seguridad es muy importante. Es un intercambio mutuo”, señaló.
El estudio también enfatiza la situación socioeconómica de Cuba y la postura de China, que desde finales del siglo pasado ha incrementado su influencia a solo 90 millas de Estados Unidos, financiando proyectos de inversión en la isla.
La investigación resalta además la presencia de empresas tecnológicas chinas como Huawei y ZTE, incluidas en la lista negra del gobierno estadounidense por riesgos de espionaje, las cuales se han convertido en la columna vertebral de la infraestructura de telecomunicaciones de Cuba.
“Estas mismas empresas han sido indispensables para ayudar al gobierno cubano a construir su aparato autoritario digital”, advirtió Ziemer. “Una de nuestras recomendaciones es que los funcionarios estadounidenses apoyen los esfuerzos para proporcionar al pueblo cubano mayor acceso a internet y tecnologías de telecomunicaciones fuera del alcance del control estatal”.
Finalmente, el informe advierte sobre la posibilidad de que los adversarios de Estados Unidos profundicen su cooperación, pasando de inteligencia a una asociación militar y de defensa más abierta, utilizando a Cuba como trampolín.
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