El informe anual de la organización Freedom House publicado hoy ha vuelto a calificar a Cuba como país "no libre".
Los expertos consideran que "Cuba es un estado comunista de un solo partido que proscribe el pluralismo político, reprime la disidencia y restringe severamente las libertades de la prensa, de reunión, de expresión y la asociación".
Las detenciones arbitrarias llegaron a casi 10.000 durante los primeros 10 meses de 2016, el nivel más alto en siete años. La represión gubernamental también aumentó frente a la cada vez más dinámica prensa digital independiente de la isla, establece el informe.
El gobierno de Raúl Castro "monopoliza la mayor parte de la actividad económica en empresas estatales centralizadas e ineficientes", dice el reporte.
El mayor compromiso con los Estados Unidos bajo la administración del presidente Barack Obama no ha resultado en el levantamiento de las restricciones, asegura Freedom House.
La organización recuerda que en abril, el Partido Comunista de Cuba (PCC) celebró su Séptimo Congreso del Partido, en el que quedaron descartadas las esperanzas de una transición generacional dentro del liderazgo del partido o liberalizar el naciente sector privado del país.
América Latina
En el caso de Venezuela explican que "la combinación de gobierno de mano dura y extrema mala gestión económica del presidente venezolano, Nicolás Maduro, empujó a su país al estatus de 'no libre' por primera vez en 2016".
"Venezuela ha servido como modelo para los regímenes populistas en la región, pero hoy es el epítome del sufrimiento que puede ocurrir cuando los ciudadanos no tienen la posibilidad de hacer que sus líderes rindan cuentas", señala.
En 2016, Maduro, "confiando en el control que tiene el régimen sobre los tribunales", respondió a la victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias "quitándole poder a la asamblea legislativa y bloqueando el referendo revocatorio presidencial, con lo que impidió el único camino a un cambio ordenado de liderazgo".
El "similar régimen" del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llevó en 2016 al país a su nivel más bajo de libertad en más de 20 años.
"Habiendo puesto al poder judicial a su favor y reducido los medios independientes, Ortega pudo casi eliminar a la oposición en las elecciones presidenciales y legislativas", indica el informe. Nicaragua, que se mantiene como "parcialmente libre" en la clasificación de Freedom House, sufrió en 2016 un declive de los derechos políticos y de las libertades civiles "al expulsar la
justicia al líder del principal partido opositor y por la expulsión de 16 legisladores de la oposición en la Asamblea Nacional antes de
las elecciones de noviembre".
Y esto "combinado con los esfuerzos del Gobierno para silenciar a periodistas y académicos con opiniones contrarias". En Brasil -clasificado como "libre"-, la destitución de la presidenta Dilma Rousseff "dominó la escena política" en 2016.
"Como quiera que sea que la historia juzgue la destitución en sí misma, el proceso obstaculizó el funcionamiento del gobierno al absorber la atención ejecutiva y legislativa durante meses, e hizo muy poco para resolver la más amplia crisis de corrupción en la que prácticamente la entera clase política enfrentó alegaciones de soborno, tráfico de influencias y malversación", apunta.
En Colombia -clasificado como "parcialmente libre"-, el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ofreció un "bienvenido contrapunto" al "colapso económico y político" de su vecino Venezuela.
El acuerdo es un "buen presagio" para una democracia "dañada durante mucho tiempo por la violencia".
En Ecuador, que se mantiene como "parcialmente libre", empeoraron las libertades civiles en 2016 y el próximo mes habrá elecciones para escoger al sustituto de Rafael Correa, cuya "mano dura con la oposición política, los periodistas críticos, los manifestantes y las ONG ha llevado un declive sostenido en la libertad durante su mandato".