Presos en la cárceles cubanas denunciaron a Radio Televisión Martí las críticas condiciones alimentarias, así como la falta de medicamentos, asistencia médica especializada y los maltratos físicos.
Una de las denuncias llega desde la cárcel El Guayabo, en Isla de la Juventud, donde cumple cuatro años de prisión el preso político Nelson Laborí Noa, que fuera arrestado el 11J cuando fue a indagar por el destino de su hijo, detenido en la unidad de la policía de Nueva Gerona por participar en dichas manifestaciones.
“Yo Nelson Laborí, preso político y miembro del Partido Republicano de Cuba, desde la prisión El Guayabo, hoy quiero hacer una denuncia al jefe de la prisión, Yodelkis Castañón Suárez, por tenernos en condiciones infrahumanas, sin alimentos ni medicamentos. Y nos están sometiendo al hambre, eso es una tortura.
"Eso es un crimen, someter a unos 350 presos dentro de un penal donde no hay alimentos. Estamos hacinados en un pequeño cubículo. Nos tiene sometidos al hambre, donde un plátano y medio y un huevo, él dice que es suficiente para un preso, y ese es el alimento de nosotros por más de un mes. Esto es increíble lo que se está viviendo aquí", detalló Laborí.
"Nosotros somos sobrevivientes en una prisión. Esta prisión está en la Isla de la Juventud, yo denuncio esta prisión porque no está apta para vivir un ser humano, eso es típico de una dictadura”, advirtió el preso político
Mientras, Yosvani Rodríguez Hernández, de 45 años, preso común en el penal de máxima seguridad de Kilo 7, en Camagüey, está reclamando asistencia médica especializada por una grave dolencia. Tiene perforada la vejiga, sufre de constantes infecciones y necesita de una cirugía, la cual se le ha negado, según alertó.
“Levanto una denuncia de aquí, de la prisión de Camagüey, porque tengo un hueco en la vejiga y me están dejando morir en la prisión. No me están dando atención médica de ningún tipo. Yo necesito que se me ayude", señaló Rodríguez Hernández.
Añadió que en la prisión ha sido víctima de torturas por parte de sus carceleros.
"Me han torturado también, me han esposado y me han dado golpes dos o tres veces, y no me quiere dar atención médica el jefe de servicios médicos, a mí y a todos los compañeros míos que estamos presos aquí, en la prisión de Kilo-7", denunció el recluso.
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