Rconocidas organizaciones vigilantes de los derechos humanos y libertades en el mundo continuaron señalando a lo largo de 2016 violaciones sistemáticas de esos derechos en Cuba, con algunos avances, y vieron en el mejoramiento de relaciones de la isla con Estados Unidos una oportunidad para que La Habana dejara de justificar un permanente estado de sitio ante el “enemigo” y emprendiera reformas genuinas en el campo de los derechos fundamentales.
Human Rights Watch
En enero pasado al presentar el Informe Mundial 2016 de la organización, Daniel Wilkinson, su director adjunto para América Latina señaló que en Cuba "Hay algunos presos políticos liberados pero, por lo demás, no ha cambiado nada. La situación en cuanto a las libertades sigue siendo básicamente la misma".
Wilkinson subrayó que “ahora más que nunca es necesaria la presión y atención internacional" para que el Gobierno de la isla, "el único de la región que tiene como política explícita la represión a la oposición", se convierta en una democracia.
HRW tomó nota de la continuación de las detenciones arbitrarias breves, golpizas, actos de denigración y despidos como formas de represalia contra los críticos del gobierno. También, de la falta de garantías procesales en el sistema jurídico; las restricciones en el acceso a la información y la libertad de expresión; y la violación de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo .
Se ocupó asimismo de los presos políticos y el sistema penitenciario, y resaltó que La Habana no había cumplido una promesa hecha a Estados Unidos antes de anunciarse el deshielo de sus relaciones respecto a que permitiría el acceso de la Cruz Roja Internacional a las prisiones de la isla.
Freedom House
También en enero Freedom House, que vigila la situación de los derechos políticos y las libertades civiles en el mundo, situó a Cuba en el lugar 193, entre 210 países y territorios, y como el único país no libre del hemisferio occidental, en su informe mundial 2016.
La entidad resaltó algunos avances en la isla reconociendo que "hubo una modesta ampliación de los derechos de los creyentes y los propietarios de negocios privados, y más cubanos ejercieron su nueva capacidad de viajar al extranjero”. Pero señaló que “el sistema político permaneció cerrado para todos salvo los leales al Partido Comunista, y la libertad de expresión se mantuvo altamente restringida”, mientras que “tampoco fueron especialmente promisorias las perspectivas de cambios significativos en el futuro inmediato".
Freedom House emitió asimismo informes específicos sobre la libertad de prensa y la libertad de Internet en el mundo.
En el primero, publicado en abril, la isla caribeña se ubicó entre los 10 peores países, de 199 evaluados. En esa lista de "Lo peor de lo peor" el régimen cubano sólo quedó por encima de Corea del Norte, Turkmenistán, Uzbekistán, Eritrea y Crimea, mientras que enlas Américas se situó en el último lugar.
En el informe sobre la Libertad en la Red, dado a conocer en noviembre, la entidad colocó a Cuba en el lugar 79 en una lista de 100 países en los que midió el comportamiento de la censura de contenidos y el uso de las tecnologías de la comunicación a sus ciudadanos, y señaló que "pese a los modestos pasos para aumentar el acceso a Internet, Cuba sigue siendo uno de los ambientes más represivos para la información y los servicios tecnológicos de la red”.
Precisó que "los altos precios, la vieja infraestructura, la prohibición de conectarse desde las casas y la amplia regulación gubernamental han dado lugar a una marcada incapacidad de los cubanos para acceder a Internet".
Amnistía Internacional
En febrero, en su informe anual sobre los Derechos Humanos en todo el mundo 2015/2016 Amnistía Internacional (AI) señaló que, a pesar de la creciente apertura de las relaciones diplomáticas, continuaron las fuertes restricciones de la libertad de expresión, asociación y circulación. “Las autoridades continuaron reprimiendo a la disidencia y las detenciones arbitrarias, por el simple hecho de manifestar otra opinión de forma pacífica, no cesaron (…) "Seguían conociéndose casos de personas críticas con el Gobierno, incluidos periodistas y activistas de Derechos Humanos, que eran sometidas de forma habitual a arrestos arbitrarios y breves periodos de detención por ejercer su derecho a la libertad de expresión, asociación, reunión y circulación".
Agregaba que el Gobierno seguía controlando el acceso a internet y bloqueaba y filtraba sitios web, "limitando el acceso a la información y las críticas al Estado. Según información facilitada por activistas, los teléfonos móviles no funcionaron durante la visita del Papa en septiembre pasado (2015)".
"Al finalizar el año, Cuba no había ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ni el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ambos firmados en febrero de 2008”, apuntaba la entidad, que no ha podido visitar Cuba desde 1990.
La oportunidad de la visita de Obama a Cuba
En ocasión de la histórica visita a la isla en marzo del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, Human Rights Watch observó que “al rechazar la política estadounidense de embargo y aislamiento, el presidente Obama ha desactivado uno de los principales pretextos del Gobierno cubano para mantener un régimen represivo”.
Su director para las Américas, José Miguel Vivanco, llamó a Obama a “exigir a Castro que inicie el desmantelamiento de ese sistema desbloqueando las páginas web, poniendo fin a las detenciones arbitrarias y dando cumplimiento al compromiso del país de permitir la visita de observadores internacionales de Derechos Humanos".
Freedom House pidió por su parte a Obama que exigiera al Gobierno cubano "reformas genuinas" tales como la liberación de presos políticos, el fin de los arrestos preventivos y la celebración de elecciones democráticas.
En un comunicado, el director para América Latina, Carlos Ponce, urgió a Obama a hacer de su visita "una oportunidad para hablar con fortaleza a favor de los Derechos Humanos".
"Debería dejar claro que, a cambio de mayores lazos políticos y económicos, Estados Unidos espera reformas genuinas, incluyendo la liberación de prisioneros políticos, el fin de las falsas detenciones 'preventivas', elecciones auténticamente libres y garantías para la libertad de asociación", agregó Ponce.
En vísperas de la visita de Obama también Amnistía Internacional instó al Gobierno cubano a permitir el acceso a relatores de Derechos Humanos de la ONU a Cuba.
"Las organizaciones y mecanismos independientes de Derechos Humanos, entre ellos los relatores de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, no han tenido acceso a Cuba durante decenios", afirmaba el texto.
En la carta dirigida a ambos gobiernos AI consideró como grave motivo de preocupación que se continuaran utilizando disposiciones del Código Penal cubano como desacato, resistencia a funcionarios públicos en el desempeño de su función y desórdenes públicos para reprimir la libertad de expresión, reunión y asociación.