Venezuela conmemora este miércoles un año de la muerte del presidente Hugo Chávez, una jornada de alto voltaje emocional en esta nación polarizada sobre el legado del líder socialista.
Su heredero, el presidente Nicolás Maduro, encabezará el homenaje, que incluye un desfile militar y un acto en el mausoleo de un barrio humilde del oeste de Caracas donde según el Gobierno, descansan los restos de Chávez.
Un cañonazo recordará el momento exacto de la muerte de Chávez, que gobernó la nación sudamericana por una década y media hasta ser derrotado por un cáncer el 5 de marzo del 2013.
Aunque la jornada será emotiva para la mitad de los venezolanos que adoran a Chávez por los programas sociales que financió con la renta petrolera del país y beneficiaron a millones de pobres, será un día amargo para la otra mitad que siempre lo consideró un líder autoritario que dilapidó los recursos del país e intentó perpetuarse en el poder como el gobernante cubano Fidel Castro.
Ya se encuentran en Caracas para asistir al homenaje a Chávez, el presidente de Bolivia, Evo Morales; y el vicepresidente ejecutivo argentino, Amado Boudou, en representación del Gobierno que preside Cristina Fernández. El mandatario nicaragüense Daniel Ortega ha dicho públicamente que asistirá a los actos conmemorativos con motivo del primer aniversario de la muerte de Chávez.
Grupos de estudiantes prometieron mantener hoy la presión en las calles de Venezuela, donde al menos 18 personas murieron en el último mes en los peores disturbios en una década.
Los jóvenes protestan por la muerte de varios estudiantes, la violencia fuera de control, la galopante inflación y la escasez de alimentos, en esta nación de 29 millones de habitantes.
Sobre la presunta visita del gobernante cubano Raúl Castro para homenajear a Chávez, la diputada a la Asamblea Nacional venezolana María Corina Machado dijo en su cuenta de Twitter que "¡sí se le ocurre venir a Venezuela, prepárese para escuchar a un pueblo dispuesto a defender su soberanía!".
La economía se ha convertido en una preocupación transversal en Venezuela, irritando a chavistas y también opositores. Muchos chavistas confiesan no estar demasiado impresionados con Maduro, un ex dirigente sindical al que Chávez eligió como sucesor antes de morir.
Protestas continúan
"Para mí es indiferente si es o no es el aniversario de Chávez (...) Voy a protestar", dijo el martes Aquiles Aldazo, un hombre de 18 años que pintaba la palabra "Resistencia" en un muro a metros de la policía antimotines. "Están celebrando un aniversario de un tirano".
Grupos moderados de la oposición pidieron evitar choques el miércoles, cuando los venezolanos volverán a trabajar después de un prolongado feriado de Carnaval con el que el gobierno intentó enfriar los ánimos.
En San Cristóbal, una ciudad gobernada por la oposición cerca de la frontera occidental con Colombia, los vecinos mantenían las calles bloqueadas con barricadas. Según reportes de prensa, los habitantes tenían que hacer filas de una hora para comprar pan.
Su heredero, el presidente Nicolás Maduro, encabezará el homenaje, que incluye un desfile militar y un acto en el mausoleo de un barrio humilde del oeste de Caracas donde según el Gobierno, descansan los restos de Chávez.
Un cañonazo recordará el momento exacto de la muerte de Chávez, que gobernó la nación sudamericana por una década y media hasta ser derrotado por un cáncer el 5 de marzo del 2013.
Aunque la jornada será emotiva para la mitad de los venezolanos que adoran a Chávez por los programas sociales que financió con la renta petrolera del país y beneficiaron a millones de pobres, será un día amargo para la otra mitad que siempre lo consideró un líder autoritario que dilapidó los recursos del país e intentó perpetuarse en el poder como el gobernante cubano Fidel Castro.
Ya se encuentran en Caracas para asistir al homenaje a Chávez, el presidente de Bolivia, Evo Morales; y el vicepresidente ejecutivo argentino, Amado Boudou, en representación del Gobierno que preside Cristina Fernández. El mandatario nicaragüense Daniel Ortega ha dicho públicamente que asistirá a los actos conmemorativos con motivo del primer aniversario de la muerte de Chávez.
Grupos de estudiantes prometieron mantener hoy la presión en las calles de Venezuela, donde al menos 18 personas murieron en el último mes en los peores disturbios en una década.
Los jóvenes protestan por la muerte de varios estudiantes, la violencia fuera de control, la galopante inflación y la escasez de alimentos, en esta nación de 29 millones de habitantes.
Sobre la presunta visita del gobernante cubano Raúl Castro para homenajear a Chávez, la diputada a la Asamblea Nacional venezolana María Corina Machado dijo en su cuenta de Twitter que "¡sí se le ocurre venir a Venezuela, prepárese para escuchar a un pueblo dispuesto a defender su soberanía!".
Raúl Castro en Venezuela sería la peor ofensa a nuestros jóvenes caídos. Los venezolanos sabemos que su mano tiene sangre venezolana
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) March 5, 2014
La economía se ha convertido en una preocupación transversal en Venezuela, irritando a chavistas y también opositores. Muchos chavistas confiesan no estar demasiado impresionados con Maduro, un ex dirigente sindical al que Chávez eligió como sucesor antes de morir.
Protestas continúan
"Para mí es indiferente si es o no es el aniversario de Chávez (...) Voy a protestar", dijo el martes Aquiles Aldazo, un hombre de 18 años que pintaba la palabra "Resistencia" en un muro a metros de la policía antimotines. "Están celebrando un aniversario de un tirano".
La juventud está activa y nadie los saca de las calles. Estamos decididos a recuperar la democracia y el futuro. Nos vemos en La Brion 10am
— GABY ARELLANO (@GabyarellanoM13) March 5, 2014
Grupos moderados de la oposición pidieron evitar choques el miércoles, cuando los venezolanos volverán a trabajar después de un prolongado feriado de Carnaval con el que el gobierno intentó enfriar los ánimos.
En San Cristóbal, una ciudad gobernada por la oposición cerca de la frontera occidental con Colombia, los vecinos mantenían las calles bloqueadas con barricadas. Según reportes de prensa, los habitantes tenían que hacer filas de una hora para comprar pan.