La ministra de Comercio Interior de Cuba, Betsy Díaz Velázquez, admitió en una entrevista con el periódico Granma que los alimentos que se venden a la población por la libreta de racionamiento a precios subvencionados no son suficientes.
“Se ha tratado de garantizar la canasta familiar normada que cada mes se entrega a los diferentes núcleos, la cual sabemos que, aunque insuficiente, resuelve muchos problemas, en especial para las personas de menores ingresos”, declaró Díaz Velázquez, según la cita el diario oficial del Partido Comunista de Cuba.
La falta de pollo y jabón en Cuba es culpa del “criminal bloqueo económico de Estados Unidos, que pretende asfixiarnos”, dijo la ministra en Santa Clara, entrevistada por Granma.
“Nuestro pueblo entiende que la prioridad es para los alimentos, el combustible y los medicamentos”, declaró la funcionaria. Sin embargo, el periódico no aclara por qué Díaz Velázquez excluye el abastecimiento de pollo de las prioridades en la alimentación.
La ministra cree que la venta de pollo, jabón, detergente y productos de aseo en general debe normalizarse en abril gracias a “algunas decisiones que han tomado la dirección del país y del Ministerio, que han estado buscando variables y alternativas financieras y han firmado nuevos convenios con nuestros proveedores”, según le dijo al periódico.
A juzgar por ese reporte de Granma, una de las principales trabas del comercio interior en la isla es que los gobiernos locales no les pagan a los productores independientes. De hecho, la ministra visita la provincia de Villa Clara porque es una de las que habría logrado resolver ese problema.
Lo cual demuestra, según Díaz Velázquez, que “cuando existe control sobre las cuentas por cobrar y por pagar, y los cuadros son avezados y perspicaces a la hora de conducir los procesos, la cadena de incumplimientos en los pagos puede reducirse al mínimo y hasta detenerse”.
Una de las opciones contempladas por su ministerio es “la obligación de efectuar el pago por anticipado de la mercancía”, algo que La Habana ha criticado cuando se trata de comprarle alimentos a Estados Unidos.
De acuerdo con la ministra, el sector de Comercio Interior cubano está enfrascado en un proceso de transformaciones “que transita por las personas, muchas de las cuales deben cambiar la manera de pensar y de ver las cosas para poder asumir el reto principal del comercio”.
En el caso cubano, ese reto consiste en “crecer y continuar aportando a la nación, aun en las difíciles condiciones en las que se desenvuelve la economía”.
Pero todo está bajo control y no hay que preocuparse, sugirió la funcionaria, porque el asunto “ha tenido la máxima atención de la dirección de la nación”.
