El gobierno de Barack Obama expresó este viernes su creciente preocupación acerca de las intenciones rusas en Ucrania. El secretario de Estado estadounidense John Kerry pronunció una enérgica advertencia a Moscú sobre cualquier movilización militar en la región de Crimea que pudiera agravar las tensiones en ese país.
Mientras pistoleros pro-rusos patrullaban las calles de Crimea y ocupaban los aeropuertos de la zona, Kerry llamó al canciller ruso Sergey Lavrov por segunda vez en dos días para presionar al Kremlin a mantener su promesa de respetar la soberanía e integridad territorial de la antigua república soviética.
Kerry dijo a la prensa que Lavrov le reiteró el compromiso del presidente ruso Vladimir Putin de hacer precisamente eso, pero a la vez destacó que Rusia tiene vastos intereses en Ucrania, incluso una importante base naval en Crimea. Pero el funcionario estadounidense, en declaraciones que pusieron de manifiesto la creciente suspicacia de Washington sobre las intenciones de Moscú, dijo que Estados Unidos vigilará la situación en caso de que la actividad rusa en Crimea "pueda estar pasándose de la línea de algún modo".
"Si bien nos dijeron que no están incurriendo en ninguna violación de la soberanía ni se proponen hacerlo, de todos modos dejé en claro que podría ser mal interpretado en este momento", agregó Kerry. "Hay tantas tensiones que es importante que todos sean extremadamente cuidadosos de no inflamar la situación ni enviar señales equívocas".
Ucrania, por su parte, acusó a Rusia de "una invasión y ocupación militar" y dijo que los soldados rusos han tomado posición en torno de una base de la guardia costera y dos aeropuertos en Crimea.
Kerry reiteró la posición estadounidense de que la intervención militar rusa en Ucrania tras la destitución del presidente respaldado por Rusia "sería un grave error" que contradiría la oposición rusa a esas operaciones en otros países, como Libia y Siria.
El diplomático resaltó que durante su conversación con Lavrov, el fugitivo presidente ucraniano Viktor Yanukovich ofreció una conferencia de prensa en el sur de Rusia en la que afirmó que no solicitaba asistencia militar a Moscú y calificó de "inaceptable" una acción militar. Pero también prometió "seguir combatiendo por el futuro de Ucrania" y culpó a Estados Unidos y Occidente por alentar la rebelión que lo obligó a huir la semana pasada.
Cualquier intervención militar rusa en Crimea agravaría la situación en Ucrania, que ha quedado en el centro de lo que muchos ven como una pulseada característica de la Guerra Fría.
Por su parte Ucrania envió el viernes una nota de protesta a Rusia por la violación de su espacio aéreo y también por la movilización de tropas y blindados por parte de la Flota rusa del mar Negro en la península de Crimea.
Según la nota, los servicios de guarda fronteras ucranianos observaron hoy cómo varios helicópteros de combate cruzaron la frontera en dirección a uno de los aeropuertos de Crimea, escenario de tensiones entre la mayoría prorrusa y las autoridades de Kiev.
Mientras pistoleros pro-rusos patrullaban las calles de Crimea y ocupaban los aeropuertos de la zona, Kerry llamó al canciller ruso Sergey Lavrov por segunda vez en dos días para presionar al Kremlin a mantener su promesa de respetar la soberanía e integridad territorial de la antigua república soviética.
Kerry dijo a la prensa que Lavrov le reiteró el compromiso del presidente ruso Vladimir Putin de hacer precisamente eso, pero a la vez destacó que Rusia tiene vastos intereses en Ucrania, incluso una importante base naval en Crimea. Pero el funcionario estadounidense, en declaraciones que pusieron de manifiesto la creciente suspicacia de Washington sobre las intenciones de Moscú, dijo que Estados Unidos vigilará la situación en caso de que la actividad rusa en Crimea "pueda estar pasándose de la línea de algún modo".
"Si bien nos dijeron que no están incurriendo en ninguna violación de la soberanía ni se proponen hacerlo, de todos modos dejé en claro que podría ser mal interpretado en este momento", agregó Kerry. "Hay tantas tensiones que es importante que todos sean extremadamente cuidadosos de no inflamar la situación ni enviar señales equívocas".
Ucrania, por su parte, acusó a Rusia de "una invasión y ocupación militar" y dijo que los soldados rusos han tomado posición en torno de una base de la guardia costera y dos aeropuertos en Crimea.
Kerry reiteró la posición estadounidense de que la intervención militar rusa en Ucrania tras la destitución del presidente respaldado por Rusia "sería un grave error" que contradiría la oposición rusa a esas operaciones en otros países, como Libia y Siria.
El diplomático resaltó que durante su conversación con Lavrov, el fugitivo presidente ucraniano Viktor Yanukovich ofreció una conferencia de prensa en el sur de Rusia en la que afirmó que no solicitaba asistencia militar a Moscú y calificó de "inaceptable" una acción militar. Pero también prometió "seguir combatiendo por el futuro de Ucrania" y culpó a Estados Unidos y Occidente por alentar la rebelión que lo obligó a huir la semana pasada.
Cualquier intervención militar rusa en Crimea agravaría la situación en Ucrania, que ha quedado en el centro de lo que muchos ven como una pulseada característica de la Guerra Fría.
Por su parte Ucrania envió el viernes una nota de protesta a Rusia por la violación de su espacio aéreo y también por la movilización de tropas y blindados por parte de la Flota rusa del mar Negro en la península de Crimea.
Según la nota, los servicios de guarda fronteras ucranianos observaron hoy cómo varios helicópteros de combate cruzaron la frontera en dirección a uno de los aeropuertos de Crimea, escenario de tensiones entre la mayoría prorrusa y las autoridades de Kiev.