Cuba está en planes de reducir las contribuciones del Estado a los fondos de seguridad social, anunciaron este martes las autoridades de la isla.
"De conjunto con los ministerios de Trabajo y Seguridad Social y de Economía y Planificación se estudian disminuir la participación relativa del Estado en el financiamiento de la seguridad social, a partir de identificar nuevas fuentes para su financiamiento como el seguro de vida", indica un reporte de la prensa oficial que reseña la intervención de la ministra de Finanzas y Precios (MFP), Meisi Bolaños Weiss en el programa Mesa Redonda de la televisión cubana.
“Siempre la financiación por parte del Presupuesto del Estado ha sido mucho más alta que la contribución de las personas”, dijo la ministra quien también mencionó la aplicación de una nueva política de reducción de impuestos, en la que el trabajador por cuenta propia será el menos beneficiado.
La exención de impuestos para los cuentapropistas será de solo entre 5% y 15%, mientras que para las empresas estatales será de entre 10% y 40%.
A las empresas mixtas se les aplicará una exención tributaria de entre 10% y 30%, y para las cooperativas que producen bienes exportables o con destino a la Zona Especial de Desarrollo Mariel el beneficio será de entre 5% y 20%.
En general, las medidas anunciadas por la ministra son “adecuadas en su espíritu”, le dijo al periodista de Radio Televisión Martí Amado Gil el profesor de Economía Mauricio de Miranda Parrondo, director del Centro de Estudios sobre la Cuenca del Pacífico de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, en Colombia.
Aunque la estrategia contempla objetivos claros, que son lograr la sostenibilidad fiscal generando incentivos para el desarrollo de líneas exportables, las diferencias están ahí, indica el experto.
“A pesar de la pretendida igualdad, no se les da el mismo tratamiento; evidentemente, el peor tratamiento se les otorga a los trabajadores por cuenta propia, y el mejor tratamiento a las empresas estatales”, explicó De Miranda Parrondo.
"No entiendo cómo puede fundamentar la ministra que hay un tratamiento tributario igual, cuando en definitiva los beneficios son claramente diferentes, comentó el experto. Lo otro es el nivel de discrecionalidad, porque se dan rangos, y esos rangos son muy grandes", subrayó.
“Cuando se habla de un beneficio tributario que oscila entre 10% y 40% ahí hay un mundo de diferencia, y por supuesto que no es lo mismo recibir un beneficio tributario de 10% que de 40%”, explicó De Miranda Parrondo.
La disminución del papel del Estado en las contribuciones a la seguridad social es algo que ocurre en muchos países, indica.
“En Cuba eso se enmascaró en los años 60 cuando se eliminaron los salarios brutos y quedaron solamente los salarios netos, porque la diferencia entre el salario bruto y el salario neto que había en aquellos tiempos era justamente la contribución del trabajador a la seguridad social”, explica el economista.
Eso se eliminó y se ha creado una ficción, en el sentido de que pareciera que el trabajador no está pagando nada para recibir esos beneficios, y efectivamente no lo hace de manera directa, observa.
“Pero, evidentemente, para que se haga a través del presupuesto del Estado, eso tiene que ser el resultado del trabajo de toda la sociedad, porque nada es gratis en este mundo: la gente puede ‘no pagarlo’; pueden convertirse en bienes públicos, pero el disfrute de cualquier cosa, así no se pague por ella, es el resultado del trabajo productivo de la sociedad”, comenta.
La idea parece ser crear mecanismos para que la seguridad social tenga tres fuentes de financiamiento: el presupuesto del Estado, la empresa y los propios trabajadores a partir de un descuento sacado de su salario, apunta el experto.
“Lo que pasa es que para que esto ocurra, evidentemente tienen que subir los salarios, porque si la gente no tiene suficientes ingresos para asegurar sus necesidades elementales, difícilmente podrá reducirlos para, además, cotizar a la seguridad social”, subraya.
En su intervención en la Mesa Redonda, la ministra Bolaños Weiss anunció también algo que no se hacía en Cuba desde 1959: que el Estado emitirá “bonos soberanos”, una forma de financiación comúnmente usada por otros estados en situaciones extraordinarias como guerras, o para financiar proyectos de infraestructura, indica el economista.
Aunque la ministra presenta la decisión como una forma de propiciar la iniciativa y generar responsabilidad fiscal, el experto se remite a los antecedentes de la práctica financiera estatal. “El problema está claramente en la credibilidad del estado como pagador de deudas”, manifestó De Miranda Parrondo.
De acuerdo con Bolaños Weiss, su ministerio pretende que las medidas entren en vigor con la mayor rapidez.
“Estamos trabajando aceleradamente para que la instrumentación de estas normas ocurra lo antes posible”, aseguró la ministra, “y ya con el cierre fiscal del año 2020 puedan las entidades que son productoras de bienes exportables y de servicios aplicarse estos incentivos fiscales”.