CARACAS — El Gobierno del presidente Nicolás Maduro no ha hecho declaraciones sobre reportes de prensa que dieron cuenta que el fin de semana altos funcionarios de la administración Biden viajaron a Venezuela para sostener conversaciones con miembros del Gobierno chavista.
La noticia fue inicialmente informada por el periódico The New York Times, que citó a fuentes que dijeron que la delegación estuvo integrada por funcionarios del Departamento de Estado y de la Casa Blanca, y formaba parte de los esfuerzos de Washington para aislar al presidente ruso, Vladimir Putin, por la guerra con Ucrania.
Según el Times, “voces afiliadas” a los principales partidos estadounidenses habrían señalado a Venezuela como potencial sustituto de las exportaciones de petróleo y gas ruso, tras las sanciones impuestas por la invasión a Ucrania.
En un comentario a la prensa sobre la reunión, el gobierno interino liderado por Juan Guaidó aseguró que “brindarán mayor información sobre la reunión sostenida con dicha delegación, tras culminar labores de coordinación con el Gobierno de Estados Unidos atendiendo razones de interés y seguridad nacional”.
La agencia Reuters mencionó que según cinco fuentes familiarizadas con el asunto, la delegación estuvo encabezada por Juan González, asesor del presidente Joe Biden, y el embajador de Estados Unidos para Venezuela, James Story, y que logró “escasos avances hacia un acuerdo” en un encuentro con Maduro y la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Funcionarios que hablaron “en condición de anonimato”, dijeron que la invasión de Rusia a Ucrania ha llevado a la Casa Blanca a prestar “más atención” a los aliados de Putin en América Latina que, Washington considera “podrían convertirse en amenazas a la seguridad” si se profundiza el conflicto con Ucrania.
El embajador Story no ha respondido a la solicitud de la Voz de América para ofrecer comentarios.
Poco se sabe de lo que conversaron el sábado. Según Reuters, Washington buscó garantías de elecciones presidenciales libres, reformas amplias de la industria petrolera venezolana para facilitar la producción y las exportaciones de empresas extranjeras, y la condena pública del gobierno a la invasión de Ucrania.
A cambio, EE. UU. estaría “dispuesto a considerar permitir” temporalmente que Venezuela use el sistema SWIFT que facilita “las transacciones financieras entre bancos de todo el mundo, para transferir dinero a otras cuentas”, añadió Reuters.
Maduro planteó el levantamiento total de las sanciones que prohíben las exportaciones petroleras y la eliminación de las sanciones contra él y otros funcionarios, así como el control de la filial de Petróleos de Venezuela, CITGO, dijo Reuters.
Por otra parte, la ONG Coalición por los Derechos Humanos informó en Twitter que los representantes de la Casa Blanca se habrían reunido el domingo por la mañana con los presos estadounidenses en Venezuela y adelantó que “esperan liberaciones”.
Estados Unidos no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela por considerar que el proceso electoral en el que obtuvo la reelección no fue “justo ni creíble”. Las relaciones se rompieron definitivamente en 2019 cuando Estados reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Reaccionan en EEUU
La noticia del viaje de la delegación no cayó bien en algunos círculos del Congreso de Estados Unidos.
El congresista republicano por Florida Mario Diaz-Balart expuso su descontento en su cuenta de Twitter.
"Es indignante que mientras Putin asesina despiadadamente a mujeres y niños, la Admin Biden esté tratando de hacer tratos con otros tiranos asesinos en #Venezuela e #Irán", tuiteó el congresista por Florida.
El senador Marco Rubio también criticó a la administración por supuestamente buscar petróleo venezolano para reemplazar al crudo proveniente de Rusia.
La administración Biden ha insistido en que no levantará las sanciones, incluso en el vital sector petrolero venezolano, a menos que Maduro tome medidas concretas para celebrar elecciones libres.
Si bien las exportaciones de petróleo de Venezuela han recibido un gran golpe, las compañías petroleras y los bancos rusos han jugado un papel clave para ayudar a Maduro y a la petrolera estatal PDVSA a evadir las sanciones y continuar con los envíos.