Los principales diarios de Argentina saludaron este jueves la elección del papa Francisco I con sus portadas amarillas, el color de la Iglesia católica, y con grandes titulares sobre el primer Pontífice argentino y americano.
"Francisco, el papa que llegó desde el fin del mundo", titula el matutino La Nación con grandes caracteres, con una fotografía del Pontífice durante su primera aparición pública el jueves en la Plaza San Pedro del Vaticano. Un artículo de Mariano Obarri afirma que en la Casa Rosado, sede de la presidencia fueron horas de sorpresa, fastidio y decepción pues "cuando el cardenal francés Jean Louis Tauran anunció que el nuevo papa será el cardenal argentino Jorge Bergoglio, desde varios despachos de Balcarce 50 se escucharon exclamaciones de reprobación, estupor y sorpresa. "¡No!", salía un joven funcionario. "¡Ah, no puede ser!", se fastidió una compañera”, afirma.
Clarín dice en gruesos caracteres "Papa argentino" y escribió que "su sorpresiva consagración causó impacto en todo el mundo y fuerte emoción en la Argentina". Agrega que el "jesuita, de 76 años, llega al papado tras una intensa tarea pastoral" y recuerda que "conducirá a 1.200 millones de católicos".
"Dios mío", escribe por su parte Página 12, con una foto de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, saludando desde el balcón de la histórica basílica. “Es el nuevo papa, el primero que no es europeo y que viene de América latina", escribe Página 12 y recuerda que "el alto prelado ha sido denunciado por complicidad con la dictadura militar" argentina (1976/83).
Tiempo argentino titula "El Papa argentino" y destaca la esperanza manifestada por la presidenta Cristina Kirchner de que "su labor pastoral sea significante" para América Latina.
Por su parte, el matutino deportivo Olé, tituló "La otra mano de Dios", en relación al gol hecho con la mano a Inglaterra por la leyenda del fútbol Diego Maradona en el Mundial México-86. Sobre fondo amarillo, el diario publica una fotografía de Bergoglio saludando a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, y otra de menor tamaño con un retrato del prelado sosteniendo una camiseta del equipo de San Lorenzo, el club de sus amores de la primera división del fútbol local.
"Francisco, el papa que llegó desde el fin del mundo", titula el matutino La Nación con grandes caracteres, con una fotografía del Pontífice durante su primera aparición pública el jueves en la Plaza San Pedro del Vaticano. Un artículo de Mariano Obarri afirma que en la Casa Rosado, sede de la presidencia fueron horas de sorpresa, fastidio y decepción pues "cuando el cardenal francés Jean Louis Tauran anunció que el nuevo papa será el cardenal argentino Jorge Bergoglio, desde varios despachos de Balcarce 50 se escucharon exclamaciones de reprobación, estupor y sorpresa. "¡No!", salía un joven funcionario. "¡Ah, no puede ser!", se fastidió una compañera”, afirma.
Clarín dice en gruesos caracteres "Papa argentino" y escribió que "su sorpresiva consagración causó impacto en todo el mundo y fuerte emoción en la Argentina". Agrega que el "jesuita, de 76 años, llega al papado tras una intensa tarea pastoral" y recuerda que "conducirá a 1.200 millones de católicos".
"Dios mío", escribe por su parte Página 12, con una foto de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, saludando desde el balcón de la histórica basílica. “Es el nuevo papa, el primero que no es europeo y que viene de América latina", escribe Página 12 y recuerda que "el alto prelado ha sido denunciado por complicidad con la dictadura militar" argentina (1976/83).
Tiempo argentino titula "El Papa argentino" y destaca la esperanza manifestada por la presidenta Cristina Kirchner de que "su labor pastoral sea significante" para América Latina.
Por su parte, el matutino deportivo Olé, tituló "La otra mano de Dios", en relación al gol hecho con la mano a Inglaterra por la leyenda del fútbol Diego Maradona en el Mundial México-86. Sobre fondo amarillo, el diario publica una fotografía de Bergoglio saludando a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, y otra de menor tamaño con un retrato del prelado sosteniendo una camiseta del equipo de San Lorenzo, el club de sus amores de la primera división del fútbol local.