El ministro de Asuntos Exteriores sueco Tobias Billström reiteró, la pasada semana, la importancia de que se revise el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) de la Unión Europea con Cuba.
“Hay razones para que se haga una revisión de la política de la UE y el acuerdo ADPC, incluyendo la ayuda de la UE a Cuba. Tal revisión debe centrarse en cómo la UE puede presionar al gobierno cubano para promover el desarrollo democrático”, respondió Billström a una carta enviada por el parlamentario sueco Markus Wiechel, en la que pregunta qué medidas pretende tomar el gobierno del país eslavo para enfrentar de manera conjunta la dictadura cubana y respaldar a la oposición.
“En cuanto al apoyo a la oposición democrática, no descartamos una cooperación más estrecha con Estados Unidos”, indicó Billström.
El ministro de Exteriores reconoció, además, que los objetivos que provocaron un acercamiento de la Unión Europea con el régimen castrista en el 2008 no se han cumplido: “se puede afirmar que este acuerdo tampoco tuvo el efecto deseado, la represión en Cuba ha continuado y en parte se ha recrudecido”.
“El gobierno ve con preocupación el continuo desarrollo negativo en Cuba y las acciones represivas del estado cubano”, expresó el titular sueco y agregó que Suecia, la Unión Europea y Naciones Unidas han criticado en repetidas ocasiones las medidas represivas del gobierno cubano contra las manifestaciones.
“Se deben garantizar al pueblo cubano sus libertades y derechos civiles, políticos y económicos y que se libere a todos los presos políticos”, señaló.
Para el líder de la Asamblea de la Resistencia Cubana, Orlando Gutiérrez Boronat las declaraciones de Billström, demuestran el disgusto de los países del bloque con la postura del régimen castrista que no se mueve un ápice de su política de intolerancia y represión a la población: “Creo que la actitud de Suecia, las declaraciones del canciller, horas antes que empiece la cumbre CELAC Unión Europea, muestran el creciente descontento en Europa con este Acuerdo y el movimiento que hay para revisarlo”.
“Vienen a pocos días de la resolución tan fuerte que pasó el Parlamento Europeo y muestran una vez más de que el statu quo por el cual ha sobrevivido el financiamiento de la dictadura castrista ahora está siendo retado exitosamente y está siendo sacudido”, agregó Gutiérrez.
Bajo el Acuerdo con La Habana, negociado en diciembre de 2016, la Unión Europea entrega actualmente, a organizaciones e instituciones del régimen castrista, 155 millones de euros en 80 proyectos de desarrollo, en los que participan organizaciones europeas y las Naciones Unidas como administradores de los fondos, apuntó la Asamblea de la Resistencia Cubana en un comunicado.
Pese a que son el principal socio comercial e inversionista en la isla, los países europeos no están ajenos a la situación cubana: el desastre económico y social del país, el éxodo de miles de nacionales hacia otros países, la crisis de derechos civiles y políticos evidenciada en la represión del disenso en las calles y los más de mil presos políticos.
Todo esto ha fortalecido la corriente a favor de que se revise el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación con La Habana.
A ella se han sumado personalidades y entidades del mundo político como el ministro de Cooperación Internacional para el Desarrollo de Suecia, Johan Forssell, la Comisión de Asuntos Exteriores de Suecia, y parlamentarios de varios países que forman parte del Consejo de Europa, como España, Lituania, Polonia, Suecia, Azerbaiyán, Italia, Ucrania, Reino Unido, Alemania, Rumanía y Holanda.
En este sentido Erik Jennische, director del Departamento de Latinoamérica de la organización Civil Rights Defenders, consideró que es positivo que Estados miembros de la Unión Europea reconozcan que el acuerdo con Cuba no ha tenido consecuencias efectivas y que la Unión Europea necesita tomar medidas.
“Hay muchos pasos para tomar que son más fáciles de lograr que una suspensión total del Acuerdo. Por ejemplo, exigir que la Unión Europea diga, formalmente, que Cuba está violando los artículos sobre derechos humanos en el Acuerdo, o que la Unión Europea exija elecciones democráticas y, no solamente con voz baja, denuncie algunas violaciones en la isla”, dijo el experto.
“Que la Unión Europea termine el apoyo económico y que exija que Cuba rompa con Rusia, esos son pasos posibles, eficaces, importantes y que tendrían efecto. Exigir que la Unión Europea rechace o pause el Acuerdo es mucho más difícil de lograr. Y no estoy seguro que tuviera efectos positivos, aunque obvio desde una perspectiva ideológica sería lo correcto”, puntualizó Jennische.