Como cada 8 de septiembre, los fieles devotos en Cuba y Miami celebran la fiesta de su patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre.
“Ella reúne a sus hijos dispersos por el mundo”, dijo a Radio Martí, el padre José Joaquín Espino, rector de la Ermita de la Caridad, en la ciudad de Miami, reconocida desde el año 2000 como Santuario Nacional de Estados Unidos.
El padre Espino señaló que el tema escogido para esta ocasión es “No hay Patria sin Caridad”, inspirado en la célebre frase del Siervo de Dios Félix Varela, “No hay Patria sin Virtud”.
“Con este mensaje exhortamos a poner a Dios en el centro de la nueva patria cubana con la que todos soñamos, a través de la ayuda e intercesión de la Virgen de la Caridad”, precisó el religioso.
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El arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, destacó en entrevista telefónica con Radio Martí la devoción del pueblo cubano a la Caridad desde su hallazgo, hace más de 400 años.
"A ella confiamos y encomendamos nuestros esfuerzos y acudimos a su intercesión para alcanzar las bendiciones que anhelamos", dijo.
“El Santuario Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre tiene abiertas sus puertas a los peregrinos todos los días del año”, recordó el prelado.
El arzobispo de Santiago de Cuba comentó que la Virgen de la Caridad tiene un sitio muy especial en todas las Iglesias católicas de la isla, donde hoy sus hijos celebran su fiesta.
Monseñor García Ibáñez señaló que en estos momentos en que no hay transporte público y son los particulares los que, más o menos, están haciendo las cosas con las limitaciones de combustibles que tienen, “así y todo, la asistencia al Santuario es de varios cientos de peregrinos diariamente, un poco más de mil, y los fines de semana se multiplica o triplica el número”.
“Eso me dice que el pueblo sigue, desea, encuentra en la fe en la Virgen, esa devoción popular que siempre ha tenido un sostén en sus vidas, y eso no se quita, eso está ahí. Nosotros tenemos que estar aquí, precisamente, acompañando a esas personas en esos momentos difíciles”, afirmó García Ibáñez.
El arzobispo de Santiago de Cuba envío el siguiente mensaje: “A los cubanos, que contra toda esperanza nos mantengamos firmes en nuestras tradiciones, en nuestra fe, en sentirnos hermanos, en no dividirnos por ningún sentido. Que todos los cubanos nos sintamos iguales. Que todos tengamos posibilidad de que todas nuestras mejores cualidades y dones se pongan al servicio de nosotros mismos, de nuestras familias y de toda la sociedad, en la que todos podamos participar en las decisiones que se tomen para el país. Eso es lo que siempre hemos pedido a la Virgen”.
“Esta misma situación que estamos viviendo... nos damos cuenta de que todas las quimeras, utopías planteadas, todo eso se cae en el piso porque la realidad supera todas esas ilusiones. Pero sí, aquella pretensión del hombre de convertirse en el sustituto de Dios y crear el paraíso en la tierra, eso todo el mundo sabe que eso es agua pasada”, afirmó el prelado.
"Al pueblo cubano le decimos que no están solos, la Caridad nos une, desde acá estamos siempre atentos a lo que está pasando allá con nuestras oraciones y con lo posible que podamos hacer. También al pueblo cubano que emigra aquí los recibimos, porque somos un solo pueblo”, aseguró, por su parte, el padre Espino, quien salió de Cuba siendo un niño en la Operación Pedro Pan. La Virgen de la Caridad ha sido un regalo de Dios para Cuba, sostuvo el Rector de la Ermita.
Al igual que en años anteriores, el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, presidirá la misa solemne, a las 8 de la noche, en los predios de la Ermita de la Caridad, ubicada frente a la Bahía de Vizcaya, con la imagen que hace 61 años sacó de la isla dentro de un maletín el laico Luis Gutiérrez, después de seis meses asilado en la Embajada de Panamá en La Habana.
Según los documentos que se conservan en el Archivo de Indias de Sevilla, la imagen de Virgen de la Caridad fue hallada entre 1612 y 1613, flotando en Cayo Francés, en la Bahía de Nipe, junto a una tabla con la inscripción "Soy la Virgen de la Caridad" por tres trabajadores de las minas de cobre de la zona que iban en una barca en busca de sal.
"Los tres Juanes", como son conocidos, eran dos indios, Juan y Rodrigo de Hoyos, y un niño negro, Juan Moreno.
El 1916, por solicitud de los Veteranos de la Guerra de Independencia, el papa Benedicto XV proclamó a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, y el 25 de enero de 1998, su Santidad Juan Pablo II la coronó oficialmente como la Reina de Cuba.
La Virgen de la Caridad es, en sí misma, un símbolo que trasciende las religiones y se le reconoce como la madre de todos los cubanos.