Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos eligieron el martes al líder de la mayoría, Tom Emmer, como su candidato a presidente, en espera de reanudar el funcionamiento normal del poder legislativo estadounidense.
Pero el legislador abandonó su candidatura, apenas unas horas después de que sus compañeros republicanos lo postularon.
Su renuncia a la nominación se dio por las continuas luchas internas del partido que han paralizado el Congreso durante más de tres semanas, dijo un asesor republicano.
Emmer, el tercer en importancia entre los republicanos en la Cámara, consiguió la nominación tras cinco rondas de votaciones, pero parecía que le faltaban al menos 20 votos para alcanzar los 217 que necesitaría para hacerse con la presidencia, según legisladores.
El legislador abandonó abruptamente una reunión vespertina para insistir en su candidatura y salió del edificio sin responder a las preguntas de los periodistas.
El representante de Minnesota fue el tercer aspirante republicano para presidir la Cámara de Representantes de Estados Unidos que se presenta desde el 3 de octubre, cuando el representante Kevin McCarthy fue destituido. Desde entonces, han sido rechazadas las nominaciones de Steve Scalise y Jim Jordan.
Emmer, de 62 años, es graduado en Ciencias Políticas y Derecho y ejerció como abogado durante dos décadas antes de dedicarse por entero a la política.
Emmer votó a favor de una legislación federal que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo y votó para certificar la derrota del entonces presidente Donald Trump en las elecciones de 2020. Apoya la ayuda a Ucrania y votó a finales de septiembre a favor de la resolución a corto plazo que mantiene financiado al gobierno de Estados Unidos.
También enfrentó críticas de algunos republicanos por no ser lo suficientemente cercano a Trump, en particular por no respaldar su campaña para la nominación republicana a la presidencia en 2024.
Trump, desde sus redes sociales, llamó a Emmer globalista y alertó que sería un "error trágico" votar por él.
El gobierno federal nuevamente corre el riesgo de un cierre en cuestión de semanas si el Congreso no aprueba una ley antes del 17 de noviembre para mantener en funcionamiento los despachos y servicios.