Este domingo 4 de diciembre las banderas ondeaban a media asta en los edificios públicos de Vietnam, un país comunista donde el gobierno decretó duelo nacional por la muerte de Fidel Castro, una decisión que ha dividido a la opinión pública.
Tras la muerte del ex gobernante cubano el 25 de noviembre, las autoridades vietnamitas se han deshecho en elogios hacia una figura calificada por el gobierno como "un hermano comunista" y un "compañero". En la embajada de Cuba en Hanói no han faltado ni las flores y ni los dolientes.
Este domingo, en los edificios oficiales ondeaban las banderas a media asta con crespones negros y las autoridades lanzaron llamados a que se suspendan las actividades de entretenimiento.
Pero este día de duelo nacional, antes sólo reservado a políticos vietnamitas o a héroes de guerra, no ha sido aceptado por consenso. "Él no es vietnamita. Tenemos una deuda por el apoyo que nos dio, pero un día de duelo nacional es demasiado", dijo a la AFP Nguyen Luu Huong, una oficinista de 25 años. El empresario Hoang Bau lo calificó como "ridículo".
"Estoy seguro que a muchos vietnamitas ni les importa", aseguró.
Si bien en Vietnam, los ciudadanos no critican abiertamente al gobierno en público, en las redes sociales las críticas a esta decisión abundaban. "No hay leyes para que el Partido Comunista le pida a la nación que llore a un extranjero, sin importar quien sea esa persona", dijo el activista Le Dung. "No apoyo para nada esta decisión", señaló a la AFP.
En cambio, en los medios oficiales abundaban los comentarios favorables, que alababan el apoyo que Castro dio al país.
Castro se forjó una imagen de aliado inquebrantable en la época de la guerra, cuando visitó el campo de batalla de la provincia de Quang Tri en 1973, unos pocos días después de que las tropas comunistas empujaran a los combatientes estadounidenses fuera de su territorio.
Castro volvió a Vietnam en dos ocasiones: en 1995 y en 2003, cuando las relaciones entre Hánoi y Washington, el enemigo común, ya habían mejorado. Pese a que los dos países están a más de 15.000 kilómetros, sus relaciones se mantuvieron pese al derrumbe de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría.
De hecho, el presidente vietnamita, Tran Dai Quang, fue el último jefe de Estado en visitar a Castro, el pasado 16 de noviembre, 10 días antes de su muerte, y se retrató con el ex gobernante cubano.