Con la llegada del verano, los habaneros manifiestan su preocupación ante el aumento de casos de zika y dengue en la capital cubana, y auguran un ascenso de las cifras de infectados si no se toman medidas efectivas para frenar los focos infecciosos que proliferan en la ciudad.
La basura sin recoger, los roedores que pululan en los vertederos, la presencia de aguas albañales en la mayoría de las calles, las lluvias de temporada y la entrada al país de viajeros procedentes de áreas donde abunda el zika, figuran entre las razones por las que los habaneros vaticinan un verano de preocupaciones.
“Los hospitales están llenos, hay muchísimos casos de niños con zika y también dengue”, dijo a Martí Noticias la capitalina Ada López, que este domingo llevó a su hija al William Soler y el médico que la atendió le dijo “que la regresara para la casa, porque en el hospital es peor”.
Los municipios de La Habana Vieja y Guanabacoa están en alerta roja. El reportero Mario Hechavarría dijo conocer de muchos casos de personas con zika “ingresadas en el hospital Calixto García y en el pediátrico de El Cerro”.
En los cuerpos de guardia de los hospitales, los capitalinos hacen largas filas para ser atendidos, y "no siempre hay reactivos para los análisis" que se requieren para descartar si el enfermo tiene o no el virus, explica Hechavarría.
Para el periodista independiente Steve Maikel Pardo, residente en el municipio de Boyeros, la peor parte la llevan los barrios que están en la periferia de la capital, como Boyeros, San Miguel del Padrón y Arroyo Naranjo, donde la situación “es crítica”.
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Pardo cree que “como en las áreas céntricas de la ciudad hay afluencia de turistas las autoridades de comunales se ocupan un poquito más” del saneamiento de las calles y la recogida de la basura.
El reportero asegura que “se nota la peste” cuando entra a algunos repartos, y eso ocurre “por tanta la basura dondequiera, roedores alrededor de los contenedores desbordados, y agua albañales corriendo por las calles”.
Junto a Pardo, algunos activistas de derechos humanos se han presentado a hacer reclamaciones en las instituciones del gobierno y Salud Pública, pero las autoridades alegan que “no hay recursos” para enfrentar el saneamiento como debe ser.
Entre las respuestas de los funcionarios figuran que “no hay ni carros para recoger la basura, y lo hacen en carretones, pero “eso no es suficiente para erradicar los vectores”, precisó Pardo, que avizora una etapa peor durante el avance del verano y la llegada de las lluvias, que califica de “detonante” para desatar una “epidemia”.
Pablo Marchán, residente en la capital, advierte que el único problema no es la falta de higiene.
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Asegura que no hay control epidemiológico sobre los cooperantes cubanos que regresan a la isla, ni con los nacionales que salen y regresan luego de hacer comprar en países vecinos donde abunda el Zika.
No solo en la capital
En Cienfuegos a más de 200 kilómetros de La Habana, el Zika también hace sus estragos, indican reportes de la prensa local.
Hasta el mes de junio han ingresado más de 3.000 pacientes, muchos de ellos estudiados por sospecha de Zika.
Entre las medidas propuestas en esa provincia por los organismos estatales para frenar el avance del virus destacan mantener un control más eficiente al viajero y pacientes febriles inespecíficos, así como una mayor calidad en las acciones para eliminar los focos epidemiológicos, precisó el diario 5 de Septiembre.
La pasada semana, la directora de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Carilda Peña, reconoció en una nota publicado en medios de prensa oficialistas que en los meses entre mayo y julio el país experimenta un incremento del índice vectorial debido a las altas temperaturas, las lluvias y la humedad en el ambiente, y con el aumento del agente transmisor crece el número de contagios.
(Con la colaboración de Adriel Reyes)