La concesión de licencias para la apertura de nuevos restaurantes privados en La Habana fue reactivada por las autoridades locales desde el pasado 24 de octubre tras realizar un "control especial" a esos negocios, informaron el martes medios oficiales.
La vicepresidenta en funciones del Consejo de la Administración Provincial (CAP), Isabel Hamze, explicó que durante la suspensión temporal del otorgamiento de licencias aplicada entre el 15 de septiembre y el 23 de octubre pasado, fueron inspeccionados 32 "paladares", como se conocen popularmente los restaurantes particulares.
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Hamze precisó que como resultado de la inspección solo se propuso retirar la licencia para operar a uno de esos negocios y el resto continúa prestando sus servicios habituales, según cita un reporte de la emisora local Radio Reloj.
Además refirió que el "control especial" en restaurantes de La Habana sirvió para "alertar" sobre cuestiones que "enturbian" el buen desempeño del trabajo autónomo o por cuenta propia, como se le conoce en la isla al incipiente sector privado.
Asimismo recalcó que trimestralmente esos establecimientos de gestión no estatal reciben controles "rutinarios" con el fin de "velar" por el cumplimiento de las normativas establecidas.
La funcionaria afirmó que el crecimiento de los negocios particulares "no está limitado", pero señaló que en todos los casos deberá ajustarse al "orden y normas" morales de la sociedad cubana.
El incumplimiento de los horarios de apertura, sobrepasar el límite de cincuenta asientos que impone la ley o la adquisición de productos de manera ilegal, son los principales preocupaciones de las autoridades cubanas, que las manifestaron en reuniones con propietarios de los principales restaurantes de la capital, donde hay unos 500 paladares.
También se mencionaron otras ilegalidades como el uso de licencias de restaurante para abrir clubes nocturnos, las violaciones urbanísticas en el proceso de inversión, trámites fraudulentos en la compra de inmuebles, importación de mercancías para uso personal a las que en realidad se les da uso comercial y la vulneración de las normativas sobre ruido.
Los paladares son el negocio más floreciente del incipiente sector privado que se abre paso en la isla desde que Raúl Castro ampliara en 2011 las actividades profesionales que se podían ejercer en la isla por cuenta propia.
Según datos del Ministerio de Turismo, son más de 1.700 los restaurantes particulares que funcionan en todo el país, con varios centenares abiertos en La Habana, muchos de ellos inaugurados en los últimos dos años al calor del "boom" de turismo que se vive en la isla.
Estos negocios compiten con los restaurantes estatales, en los que la calidad y el servicio suelen ser de peor calidad, aunque estos tienen acceso ilimitado a la red comercial del Estado para abastecerse y no están sujetos a la restricción de sillas.