El Departamento de Estado dijo este martes que la mayoría del personal diplomático afectado por los ataques en Cuba "se siente apoyada" por esa entidad federal, tras declaraciones de una supuesta víctima a CBS News que calificó de deficiente la respuesta del gobierno de EEUU.
La portavoz Heather Nauert dijo a periodistas que "quizás hubo un individuo en desacuerdo" con la actuación del Departamento de Estado, pero "la mayoría" de sus colegas afectados por los misteriosos ataques ocurridos en Cuba "se sienten apoyados".
Nauert no confirmó que la persona entrevistada por CBS News fuera uno de los 22 empleados de la cancillería estadounidense en su embajada en La Habana afectados por los ataques.
La vocera recalcó que tan pronto el Departamento de Estado supo lo que estaba ocurriendo en Cuba tomó acciones "extremadamente responsables" para salvaguardar a sus empleados.
Una persona que se identificó como uno de los 22 estadounidenses que, con confirmación médica, han resultado lesionados por inexplicables y sigilosos ataques en Cuba, dijo a CBS News que más allá de las agresiones ocurridas en sus domicilios cubanos y en hoteles, un empleado de la embajada de EEUU en La Habana también fue blanco de un ataque dentro del enorme y custodiado complejo diplomático que da al Malecón habanero.
"Si puede suceder en nuestros hogares, si puede suceder en la embajada, puede suceder dondequiera", dijo la víctima al reportero de CBS News Steven Dorsey.
Dorsey precipitó el pasado agosto la revelación del espinoso asunto, mantenido en silencio al menos desde febrero, al preguntar al respecto durante una rueda de prensa diaria en el Departamento de Estado.
La persona, que pidió el anonimato, es supuestamente la primera víctima en hablar a la prensa sobre los ataques desde que comenzaron hace casi un año. En su caso se quejó de escuchar un sonido muy fuerte, como el chirrido de algún insecto o un rayo láser, pero también cree que otros ataques ocurrieron en silencio durante la noche.
El entrevistado de CBS News calificó de deficiente la respuesta del gobierno de Estados Unidos al personal de la embajada perjudicado, y sostuvo que los directivos de la sede diplomática y altos funcionarios del Departamento de Estado en Washington ignoraron sus quejas por varios meses.
"No sé cómo pueden justificar, desde una perspectiva de seguridad, dejar a nadie allí en este momento", dijo la fuente.
Al respecto, Nauert señaló que el Departamento de Estado tiene personas que sirven en lugares inseguros en todo el mundo, pero que a pesar de los riesgos "creen firmemente en su misión".
El último ataque fue reportado el 21 de agosto, pero portavoces del Departamento de Estado advirtieron que aún continúan.
La persona también consideró “superficial e incompleto” el tratamiento médico inicial recibido por las víctimas en La Habana y luego en instalaciones hospitalarias de la Universidad de Miami. Actualmente son atendidas por neurólogos de la Universidad de Pennsylvania.
Nauert aseguró que el Departamento de Estado ha proporcionado a las víctimas el acceso a la "mejor atención médica posible".
Los síntomas incluyen dolores de cabeza, incapacidad para recordar palabras y frases comunes, pérdida de la audición, problemas de visión y otras afecciones.
Estados Unidos no ha culpado públicamente a Cuba de los ataques, pero sostiene que La Habana no ha cumplido con sus obligaciones internacionales de proteger a los diplomáticos. Altos dirigentes del gobierno cubano han negado que tuvieran algo que ver con los ataques.
No obstante, Estados Unidos ha emitido una advertencia sobre viajes de estadounidenses a Cuba y anunció el 3 de octubre que expulsaba a 15 funcionarios de la embajada cubana en Washington.
El pasado viernes, el Departamento de Estado publicó un mensaje de seguridad a los ciudadanos estadounidenses en La Habana, advirtiéndoles que no deben hospedarse en los hoteles Nacional y Capri, donde resultó agredido personal del gobierno estadounidense.
Un funcionario del Departamento de Estado también dijo que un "puñado" de ciudadanos estadounidenses privados han reportado síntomas similares a los sufridos por los empleados de la embajada, aunque precisó que esa cancillería no podía corroborar las alegaciones.
(Redacción Rolando Cartaya, con información del Departamento de Estado y CBS News)