El Departamento de Estado de los Estados Unidos ordenó este martes la salida, en un plazo de siete días, de 15 diplomáticos de la Embajada de Cuba en Washington.
Lo anterior fue informado por un alto funcionario de la cancillería estadounidense en una conferencia de prensa por vía telefónica.
La medida busca asegurar equidad en el impacto que tendrá en las operaciones de ambas sedes la reducción de personal de su embajada en Cuba, decidida por Washington en razón de los inexplicables problemas de salud de sus funcionarios en la isla. En ese sentido dijo que la fracción del personal cubano que abandonaría Washington sería en términos generales muy cercana a la de estadounidenses que dejaron La Habana.
(Una lista diplomática publicada por el Departamento de Estado, correspondiente al verano boreal de 2016, relaciona los nombres de 26 funcionarios en la Embajada de Cuba en Washington).
La decisión sobre las expulsiones también se fundamentó en la incapacidad de Cuba para proteger a los diplomáticos estadounidenses, y en el deseo de subrayar al gobierno de Cuba que debe tomar más medidas en el terreno si ambos países van a desarrollar el espectro completo de actividades diplomáticas.
El funcionario indicó que en la mañana de este martes le fue entregada una lista de nombres al Embajador cubano, José R. Cabañas, con quien abordó el asunto, y que Cabañas hizo algunas preguntas sobre el funcionamiento de la Embajada.
Sin embargo, los 15 funcionarios cubanos no han sido declarados persona non grata.
Además, Estados Unidos mantiene por ahora sus relaciones diplomáticas con Cuba, subrayó la fuente oficial, enfatizando que las expulsiones no significan un cambio de política ni una determinación de responsabilidad por los ataques.
Sobre el tema del procesamiento de visas, que tanto interés despierta entre los cubanos, el funcionario comentó que están evaluando el impacto que tendrá la reducción de personal en este asunto y que se mantendrán los servicios de emergencia.
Al mismo tiempo se informó que se confirmó este lunes que el número de empleados del gobierno estadounidense afectados por los presuntos ataques se elevó de 21 a 22, tras ser reevaluado el caso de uno que ya había sido examinado en enero pasado, y encontrar los médicos que su salud sí había sido afectada.
La medida sobre las expulsiones, según el alto funcionario, subraya al gobierno cubano que es su responsabilidad proteger al personal diplomático extranjero. Precisó que para que las dos embajadas vuelvan a estar totalmente operativas se necesitarán plenas garantías del gobierno de Cuba respecto a que los ataques no continuarán, aun antes de que se pueda considerar el regreso del personal.
Sobre el empleo del término “ataques” dijo que refleja una serie continuada de incidentes que han estado afectando la salud de los funcionarios estadounidenses como resultado de medios y métodos desconocidos, incidentes que han persistido a lo largo de un prolongado período de tiempo y que conforman un patrón consistente, por lo que no se puede llegar a otra conclusión.
A raíz de este mismo asunto, el 30 de mayo dos diplomáticos cubanos, Frank Silva Hernández y Joel Lago Oliva, tuvieron que abandonar EEUU. como protesta por el incumplimiento de Cuba de sus obligaciones bajo la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
[Con información del Departamento de Estado]