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"Rápido y Furioso 8" se va de Cuba: alivio vs. regreso al aburrimiento


 El actor estadounidense Vin Diesel saluda a admiradores en Cuba.
El actor estadounidense Vin Diesel saluda a admiradores en Cuba.

Rodaje en Cuba significó un trastorno para el transporte, un sueño para los jóvenes, millones para el Estado y un "acelerón" para un puñado de auxiliares locales contratados. Palco, despedida por incumplimiento.

Concluyeron las filmaciones en Cuba de la octava entrega de la saga cinematográfica Rápido y Furioso, un alivio para aquellos habaneros que vieron por dos semanas añadidos a su lista de adversidades cotidianas los cierres de más de 60 calles de tres municipios de la capital cubana, convertidos en el set de la primera superproducción de Hollywood filmada en la isla en más de 50 años.

También, un brusco aterrizaje en la aburrida realidad para cientos de capitalinos, especialmente los jóvenes, que por unos días sintieron en vivo y en directo la euforia de formar parte de un sueño fantástico producido por la maquinaria hollywoodense.

La publicación Entertainment Weekly dice al respecto:

“La franquicia, innegablemente un fenómeno global —las siete películas anteriores han recaudado cerca de $ 4.000 millones en todo el mundo— parece haber causado una gran impresión en la nación insular, con los fans alineándose a lo largo de las calles para llevarse un vistazo de la acción. La cultura del país también parece haber ejercido un impacto en los autos que se presentan, ya que los deportivos son reemplazados por vehículos cubanos tipo Antique”.

En un video promocional filmado en la isla y publicado el viernes en la cuenta oficial de Twitter @FastFurious, el director F. Gary Gray dice: “Usted puede sentir la emoción de los lugareños; esto no podría recrearse en ninguna parte”.

También el actor Vin Diesel se despidió de sus días en Cuba. "Lo hicimos Cuba", escribió en su cuenta de Instagram.

“Acelerón” para algunos

Una crónica publicada en la web Progreso Semanal, con sede en Miami, y firmada por Ramón Peralta, señala que, aparte del Estado cubano, “que ingresará directa o indirectamente millones de dólares por este negocio”, las filmaciones han dejado otras utilidades, “pero a favor de un estrechísimo sector de la sociedad”.

“Más de 200 auxiliares de producción, la mayoría jóvenes y profesionales, —cineastas, filólogos, actores, etcétera—, cierran calles, alejan, y ponen a salvo a la población de los peligrosos circuitos de carreras de autos. El pago que recibirán al final de estos 10 días, significará una considerable remontada (…) Este ‘trago amargo’ equivaldrá a dos años de salario medio”, un “acelerón” con el que algunos planean comprarse una turbina “ladrón de agua”, pagar un soborno para conseguir un teléfono fijo, o adquirir una buena cámara Nikon.

Pese a que firmaron una cláusula de confidencialidad, varios de estos auxiliares confirmaron a Progreso Semanal el rumor de que la empresa estatal Palco, bajo el control del Consejo de Estado de Cuba, “fue despedida por no cumplir con calidad su contrato de entrega de almuerzos. En su lugar los auxiliares de producción —y no todo el equipo— recibieron una dieta y comieron en paladares vecinas”.

Aunque no se han publicado fotos ni videos en Cuba de Charlize Teron, la villana de esta historia, medios oficiales mencionan que “varios reportes ubicaron a la oscarizada actriz durante la filmación de una escena en la Loma del Ángel, en la populosa Habana Vieja y para la cual iba peinada con dreadlocks, quizás en función de lograr una imagen más caribeña”.

La octava entrega de la saga producida por los estudios Universal debe estrenarse el 14 de abril de 2017, e incluirá, además de las escenas cubanas, otras en Atlanta, Nueva York e Islandia.

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