Estados Unidos, Turquía y Catar lograron el miércoles que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobara una resolución que exige investigar la lucha en la ciudad siria de Qasair, cerca del Líbano, y condena la presencia de soldados extranjeros en apoyo del presidente Bashar Assad.
La resolución aprobada por 36-1, con el único voto en contra de Venezuela, dispone una investigación urgente de supuestos abusos atribuidos a las fuerzas del gobierno y los combatientes de Jezbolá en dicha ciudad, junto con mayor acceso de ayuda y protección a los civiles.
La alta comisionada de la ONU para derechos humanos, Navi Pillay, afirmó que la guerra civil en Siria "se está descontrolando" y representa un fracaso por la falta de protección a los ciudadanos contra los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que se están haciendo rutinarios.
"La situación en Siria refleja un fracaso colosal en la protección de los civiles. Día a día, niños, mujeres y hombres sufren la brutalidad de la violencia irrestricta y flagrantes violaciones a los derechos humanos por todas las partes" en conflicto, dijo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. "El mensaje de todos nosotros debería ser el mismo: no apoyaremos este conflicto con armas, municiones, política o religión".
Durante dos años, el consejo ha sostenido una serie de debates urgentes, sesiones especiales y otras reuniones para discutir el caso de Siria que hasta ahora han producido nueve resoluciones pero han tenido poco efecto para mitigar la creciente violencia.
Pillay dijo que el ingreso reciente de combatientes extranjeros a Siria, a donde llegan cruzando la frontera para apoyar al gobierno o la oposición, ha añadido un nuevo elemento peligroso que está desestabilizando la región.
La resolución aprobada por 36-1, con el único voto en contra de Venezuela, dispone una investigación urgente de supuestos abusos atribuidos a las fuerzas del gobierno y los combatientes de Jezbolá en dicha ciudad, junto con mayor acceso de ayuda y protección a los civiles.
La alta comisionada de la ONU para derechos humanos, Navi Pillay, afirmó que la guerra civil en Siria "se está descontrolando" y representa un fracaso por la falta de protección a los ciudadanos contra los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que se están haciendo rutinarios.
"La situación en Siria refleja un fracaso colosal en la protección de los civiles. Día a día, niños, mujeres y hombres sufren la brutalidad de la violencia irrestricta y flagrantes violaciones a los derechos humanos por todas las partes" en conflicto, dijo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. "El mensaje de todos nosotros debería ser el mismo: no apoyaremos este conflicto con armas, municiones, política o religión".
Durante dos años, el consejo ha sostenido una serie de debates urgentes, sesiones especiales y otras reuniones para discutir el caso de Siria que hasta ahora han producido nueve resoluciones pero han tenido poco efecto para mitigar la creciente violencia.
Pillay dijo que el ingreso reciente de combatientes extranjeros a Siria, a donde llegan cruzando la frontera para apoyar al gobierno o la oposición, ha añadido un nuevo elemento peligroso que está desestabilizando la región.