En aquella noche de Navidad los ángeles cantaron: "Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad".
Hoy Jesús viene a nosotros muerto y resucitado, tocando nuestros corazones e invitándonos a renovar el mensaje de Belén.
En Cuba hay hombres, mujeres y niños que viven lo que los ángeles anunciaron compartiendo la paz que brota de sus corazones, aunque permanezcan bajo una infernal dictadura.
Existen encarcelados en celdas tapiadas que sin ver el sol, irradian en su interior la luz que alumbra a la oposición e ilumina los pasos de Las Damas de Blanco, que marchan al unísono de la historia.
Aquí somos un pueblo en exilio viviendo en tierra generosa, pero prestada. Unos ya marcharon al encuentro con el Padre, otros escuchamos a un gallo que cantó hace veinte siglos recordándonos que la patria gime, aunque los sofistas quieran seducirnos con sus cantos de sirena.
No dejemos de enfrentarnos al mal. La paz anunciada por los ángeles se materializa en la misma proporción en que luchemos por la libertad, erradicando la hierba mala que alimenta la cizaña.
Los Magos ofrecieron a Jesús: oro, incienso y mirra. Que nuestra oblación sea Cuba, la patria donde El quiso que tuviéramos nuestro Belén.
Hoy Jesús viene a nosotros muerto y resucitado, tocando nuestros corazones e invitándonos a renovar el mensaje de Belén.
En Cuba hay hombres, mujeres y niños que viven lo que los ángeles anunciaron compartiendo la paz que brota de sus corazones, aunque permanezcan bajo una infernal dictadura.
Existen encarcelados en celdas tapiadas que sin ver el sol, irradian en su interior la luz que alumbra a la oposición e ilumina los pasos de Las Damas de Blanco, que marchan al unísono de la historia.
Aquí somos un pueblo en exilio viviendo en tierra generosa, pero prestada. Unos ya marcharon al encuentro con el Padre, otros escuchamos a un gallo que cantó hace veinte siglos recordándonos que la patria gime, aunque los sofistas quieran seducirnos con sus cantos de sirena.
No dejemos de enfrentarnos al mal. La paz anunciada por los ángeles se materializa en la misma proporción en que luchemos por la libertad, erradicando la hierba mala que alimenta la cizaña.
Los Magos ofrecieron a Jesús: oro, incienso y mirra. Que nuestra oblación sea Cuba, la patria donde El quiso que tuviéramos nuestro Belén.