Judy Gross, esposa del subcontratista estadounidense Alan Gross, declaró a la prensa que su esposo está muriendo lentamente, que ha perdido toda esperanza y que ya no quiere recibir visitas, incluso de su propia familia.
Las declaraciones tuvieron lugar en el programa “Fox y sus Amigos” de la cadena Fox, donde además comentó que su esposo rechaza hasta cualquier contacto con el Departamento de Estado en La Habana, para el cual Gross sigue siendo una prioridad, según le aseguran, pero hasta ahora, sin embargo, ella no ha visto ninguna acción.
“Para mi significa que se está consumiendo lentamente”, puntualizó Judy Gross
La pasada semana, 300 rabinos pidieron a la Casa Blanca negociar la libertad de Alan Gross, pero como asegura la esposa del subcontratista, el gobierno mantiene el caso de su esposo con mucha discreción.
Alan Gross ha estado en la cárcel desde 2009 después de haber sido condenado a 15 años por repartir entre la comunidad judía en La Habana medios de comunicación digital, algo que el gobierno de la isla calificó como delito contra los poderes del Estado.
Según su abogado, Scott Gilbert, Gross ha dicho que "la vida en la cárcel no es digna de ser vivida" y en una reciente visita se despidió de su esposa Judy y de su hija Nina. Además, se ha negado a recibir a funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Sus familiares dicen que Gross ha perdido 46 kilos de peso en la cárcel, tiene problemas en la vista y en las caderas, que casi le impiden caminar.
