El estudiante de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana, Leonardo Romero Negrín, ha sido multado por manifestarse el 11 de julio y fue "perdonado" por su participación en la protesta de Obispo el pasado 30 de abril.
La sanción por desorden público corresponde a los sucesos del 11 de julio y fue impuesta, según denunció en Facebook, "a sabiendas de que fueron los policías vestidos de civil quienes más golpearon". Respecto al caso del 30 de abril, cuando acudió a la protesta de Obispo con el cartel "Socialismo Sí , Represión No", informó que fue archivado con un sobreseimiento.
En su comentario, el joven se pregunta que si su caso fue archivado, "¿por qué hay personas privadas de su libertad por haber hecho lo mismo e incluso menos? ¿Por qué el privilegio? ¿Por qué la injusticia?".
Sobre los manifestantes detenidos o en detención domiciliar en espera de juicio les recuerda: "A todas mis hermanas y hermanos presos solo les digo una cosa: "Sobrevivan, por favor". Ya nos veremos... aquí afuera o allá dentro".
El joven de 22 años había denunciado las brutales golpizas recibidas por él y varias de las personas que se manifestaron el 11 de julio en el Capitolio.
En una entrevista con el portal La Joven Cuba contó que fue trasladado a la estación policial de Dragones, donde al entrar le dieron "un estrallón entre cuatro personas" y lo patearon: "Me cubrí la cara con los antebrazos y siguieron dándome patadas, por eso tengo un antebrazo hinchado, un médico lo vio. También una costilla me duele, no llegó a fracturarse, pero me duele y eso el médico también lo vio", dijo el estudiante universitario, quien denunció que luego un agente policial le dio golpes con una tabla de madera en las piernas, lo que le dejó cicatrices.
"Cuando iba a salir de allí vino otro oficial, el 03912 de la estación de Dragones, y le dijo a dos personas que me aguantaran, me cogió con las dos manos por el pelo y me dijo: '¡Por mercenario!'. Me dio un cabezazo por la nariz, casi me desmayé, y siguieron dándome golpes antes de trasladarme a la estación de Zanja", dijo el estudiante que se proclama socialista y a quien mantuvieron bajo arresto por varios días.
Al conocer su sentencia escribió: "De más está decir que ha sido un proceso muy irregular, donde evidentemente no sabían qué hacer porque no había manera de que quedaran bien parados. Eso suele sucederles cuando chocan con la sinceridad. Han sido más de seis meses a la espera, entre insomnios y preocupaciones de quienes nunca creyeron que me tocaría".
El joven dijo que su madre tuvo varias crisis de ansiedad y muchas llamadas de acoso y amenaza por parte de la Seguridad del Estado y que amistades y compañeros de estudio también fueron interrogados en sus universidades en complicidad con los decanatos.
El activista que se confiesa martiano y socialista agradeció especialmente a sus amigos, a sus alumnos y a sus hermanos masones y abakuás, a quienes les dedicó el más profundo respeto y agradecimiento "por estar ahí donde les he necesitado".
A sus represores les dedicó este mensaje: "Ustedes no son tan bondadosos y han quedado expuestos porque saben que el socialismo del que hablo es el que ustedes a diario mancillan faltándole el respeto a algunas personas que culturalmente se asumen "Patria o muerte" (algunas, a mi consideración, honestas) que se me han acercado con pena para decirme lo decepcionados que están de lo que está pasando. Con qué dolor me dicen que jamás cederán (según sus propios términos) a ningún chantaje del norte ...pero que tampoco callarán más ante lo mal hecho por el gobierno. Eso (aunque me lo dicen en voz baja), al menos me alivia porque sé que saben que gobierno es una cosa y socialismo es otra. Que Stalin es una cosa y Rosa Luxemburgo es otra. Me alegro que lo sepan. Y que me recuerden que el mismo autor de "El Capital" decía que si esos dogmáticos y fanáticos, que andaban por ahí hablando a su nombre, se decían "marxistas" pues entonces él no lo era. Me alegro que haya quien sepa separar las cosas y ser coherente con lo que piensa mas no cómplice de ninguna injusticia. Deseo que no caigan en la maquinaria del odio ni en extremismos, ni de un lado ni del otro".