Después de una multa de 2 mil pesos, una detención, un interrogatorio y la ocupación de su computadora personal, Esteban Suárez Barbán no puede entrar más “de por vida a ningún centro estatal donde se ofrezca el servicio de navegación”.
Es una orden del Ministerio del interior y la Seguridad del Estado, entregada al joven ingeniero y a su acompañante, el licenciado en Teología Manuel Salinas Espinosa, por el oficial del G-2, Dainier Suárez Pagán.
Los dos hombres habían pagado una conexión a internet en el Joven Club de Computación del municipio San Luis, provincia Santiago de Cuba el pasado lunes 10 de abril, cuando, asegura Suárez Barbán, la sesión se cerró para todos los usuarios.
“Llamamos a la dirección del Joven Club, quienes nos dijeron que iban a llamar a ETECSA para que solucionaran el problema”, refiere Barbán.
Sin embargo, quienes se aparecieron no fueron ni ingenieros informáticos ni especialistas en comunicaciones, sino el mismo Pagán, de sobras conocido por sus abusos contra activistas de derechos humanos en la zona, junto a él vino otro oficial que dice llamarse Pablo Regueiferos.
Suárez Barbán aseguró al programa Contacto Cuba, de Radio Martí, que los conminaron a salir y les anunciaron solo de modo verbal de la prohibición. “De manera descompuesta, empujándonos, nos dijeron que Internet en Cuba es solo para los revolucionarios”.
Ante la medida arbitraria Barbán escribió un mensaje a Martí Noticias:
“El agente Pablo Regueiferos amenazó con tomar represalias con mi esposa, Yusielis Coss Ortega, en su centro de trabajo a la vez que Suárez Pagan se encarga de hacer un espectáculo vociferando que “La conexión de internet es para los Revolucionarios y ustedes no pueden estar ni a 50 metros de estos centros y si quieren probar háganlo para que vean lo que es estar en desacato y meterlos presos por 5 años”.
En febrero pasado Suárez Barbán fue detenido y la casa donde oficiaba como trabajador por cuenta propia requisada minuciosamente por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). En el registro le ocuparon una computadora, dos memorias flash, tres micro SD, cinco tarjetas SIM de prueba y un ‘router’.
Barbán tiene licencia para reparar computadoras y teléfonos móviles, pero en los últimos meses ha sido detenido y acosado por la policía política debido a sus acciones contestatarias y a que es conocido en la zona como “un hacker’ que desarrolla aplicaciones móviles para que los cubanos se envíen mensajes entre sí y contras personas fuera del país. Recientemente se inició como colaborador del portal Diario de Cuba.
