Una eventual solución a las reclamaciones estadounidenses por propiedades confiscadas hace más de medio siglo implicaría grandes riesgos tanto para Cuba como para el Gobierno de Barack Obama, dijo el lunes un abogado vinculado al tema, en momentos en que negociadores de ambos países se alistan para iniciar la histórica y compleja negociación.
La reunión, prevista para mañana martes en La Habana, es clave en la normalización de las relaciones entre los viejos enemigos, y deberá marcar el inicio de un proceso que involucra a cerca de 6.000 personas y firmas a las que el Gobierno de Fidel Castro expropió inmuebles, fincas, fábricas y centrales azucareros por valor de unos $2.000 millones.
Unas 900 empresas estadounidenses integran la lista, entre ellas la Exxon, Texaco y Coca-Cola.
La negociación, que incluiría los reclamos del Gobierno cubano por daños tras más de medio siglo de embargo comercial, ha sido largamente esperada.
"Cuba no tiene dinero para pagar la deuda con los intereses. Quizás pudiera pagar el principal a través de algunos años. También pudiera devolver las propiedades a los americanos pero, claro, eso le abriría otros problemas allá de mantener el control, de los cubanos americanos que harían la misma cosa", dijo a Martí Noticias el abogado cubanoamericano Nicolás Gutiérrez, que representa a unas 500 familias expropiadas. "Ninguna alternativa aquí es sin riesgo para el lado cubano".
Gutiérrez ve posible que Cuba pueda "dar algún dinero a los individuos que tienen reclamaciones más pequeñas y negociar algo con las empresas más grandes, dar a estas quizás algún derecho de hacer inversión o desarrollo en la economía cubana".
A la vez, señaló que Estados Unidos lleva también su carga.
"Para los americanos el riesgo más grande es no tomar esto en serio y no exigir que se resuelva seriamente, equitativamente, estas reclamaciones antes de seguir en esta normalización que ha iniciado la Administración de Obama con Raúl Castro", explicó.
Gutiérrez, cuya familia también reclama dos ingenios, varias fincas ganaderas, un banco, una compañía de seguros y otras propiedades en Cuba, recordó que las expropiaciones llevaron al Gobierno estadounidense a aplicar el embargo comercial desde hace más de medio siglo.
"Si se legaliza el comercio sin haber resuelto el problema de las compañías confiscadas, entonces el gran problema va a ser que vamos a tener compañías americanas traficando en propiedades de otros americanos", comentó.
A la vez, catalogó de "absurda" la cifra de $120.000 millones que reclama Cuba en referencia a pérdidas debido al embargo comercial.
"Si esta Administración de este país toma eso en consideración, no sería seria esta negociación porque pudieran decir 'cambiamos una deuda por la otra', (…) lo cual sería muy malo", explicó Gutiérrez.
"Tenemos que ver qué ruta esto va a tomar y cómo se va a desarrollar para que se cumpla la justicia y se mejore el futuro del pueblo cubano que al final del día es lo que todos queremos (...) Si se toma en serio y se hace bien, esto es muy importante; lo más importante que se ha hecho hasta ahora. Y si no se cumple esto bien, se puede paralizar el resto del proceso".