España ha retirado de manera temporal a su embajador en Venezuela después de las últimas declaraciones de Nicolás Maduro y la decisión de su parlamento de declarar persona non grata a Felipe González por asumir la defensa judicial de los opositores encarcelados Leopoldo López y Antonio Ledezma.
De esa manera, el canciller español José Manuel García-Margallo anunció que había llamado a consultas al embajador español en Caracas, Antonio Pérez Hernández, cuando era preguntado por varios periodistas sobre las declaraciones del Presidente venezolano contra España.
Maduro había acusado días atrás al Gobierno español de "apoyar al terrorismo" en el país y de formar parte de una "conjura internacional" para derrocarlo, además de anunciar una respuesta "muy contundente".
El ministro de Asuntos Exteriores español explicó que "los calificativos que utilizan las autoridades son absolutamente intolerables y teniendo en cuenta el grado de irritación verbal de Maduro he decidido convocar a consultas al embajador en Caracas".
Margallo denunció la "escalada verbal" en Venezuela que aumenta "a medida que aumentan las dificultades por las que atraviesa el pueblo" de este país y añadió que "esta ha afectado al propio Congreso, al Gobierno y ahora a Felipe González".
También recordó que tanto España como Europa siempre se han movido en el marco de la legalidad internacional, la cortesía y la institucionalidad, al tiempo que puso de ejemplo cómo en el último Consejo de Exteriores de la Unión Europea se habló de América Latina con un apartado especial para Venezuela.
En esa reunión se puso de manifiesto la preocupación por dicho país, donde hay 500.000 ciudadanos de origen europeo y donde el 45% de las inversiones extranjeras son europeas.
En el último año las relaciones entre España y Venezuela se han enturbiado después que el Gobierno de Rajoy pidiera la libertad para los opositores detenidos en el país americano y se presentara una declaración firmada por 25 exgobernantes –entre ellos José María Aznar y Felipe González– solicitando la liberación de "presos políticos".
Como consecuencia de esto, las declaraciones de Maduro han ido subiendo de tono en los últimos días. El martes acusó al país europeo de apoyar un golpe de Gobierno argumentando que "desde España se financia y se apoya logística, política y diplomáticamente, se utiliza todo el poder del Gobierno español para apoyar la conspiración y tratar de derrocar el Gobierno de Venezuela".
