Estados Unidos clausuró su embajada en Libia y retiró de allí a sus empleados estadounidenses por la escalada de violencia entre milicias rivales, informó el Departamento de Estado.
Pese a que la embajada ya operaba con un personal reducido, los funcionarios que permanecían en la representación diplomática salieron hacia Túnez, horas después que el gobierno interino libio alertara de que el Estado podía "hundirse" a causa de los enfrentamientos entre las milicias de las ciudades de Zintán y de Misrata, que se enfrentan desde hace dos semanas en Trípoli por el control del aeropuerto internacional.
Según un comunicado difundido hoy en la página oficial del Ejecutivo, las autoridades han instado a las personalidades políticas y civiles, así como a los líderes de las milicias de estas ciudades a sentarse a negociar para acordar un alto el fuego.
En el comunicado, las autoridades insisten en su neutralidad y en que no trabajan al servicio de "ninguna corriente ni ningún partido político".
Las milicias de Zintán, situadas a 150 kilómetros al sureste de Trípoli, y las de Misrata, a 250 kilómetros al este de la capital, destacaron por su férrea resistencia durante el levantamiento contra el régimen de Muamar al Gadafi y por su activa participación en la toma de la capital.
La incapacidad de las autoridades de crear un Ejército en el que integrar a estos grupos armados ha favorecido una cada vez mayor autonomía de estos frente al poder central al que en numerosas ocasiones retan o desoyen.
Brigadas de milicianos de Zintán tomaron hace tres años el aeropuerto internacional de la capital y desde entonces lo mantienen bajo su control.
El pasado día 13 de julio, las milicias misratíes lanzaron la operación "Fayer" (Amancecer), para intentar arrebatarles el aeródromo.
Fuentes de seguridad indicaron hoy a Efe que anoche una delegación de responsables de Misrata entablaron conversaciones en el aeródromo con responsables de Zintán, sin que se conozca el resultado de dichos contactos.
Los choques han afectado a la vida cotidiana de la capital, donde las condiciones han empeorado en los últimos meses.
En los últimos días, la mayoría de las gasolineras de la ciudad no han abierto al público y los cortes de electricidad y de agua son habituales en varios barrios.
