Opositores cubanos rechazan los términos de una carta firmada por obispos y vicarios de La Habana, en apoyo al cardenal Jaime Ortega y de condena a lo que describieron como una campaña de descrédito contra el cardenal y sus esfuerzos por establecer un diálogo nacional, destacó la versión digital de El Nuevo Herald.
Entrevistados por el rotativo, Martha Beatriz Roque, portavoz de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, declaró que los cuestionamientos al cardenal Ortega tienen que ver con hechos concretos, negó que las críticas de la disidencia sean mal intencionadas y lamentó que el proceso de diálogo encabezado por Ortega no contemple a todos los cubanos.
Guillermo Fariñas, Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo, dijo que ha sido el propio cardenal quien se ha desacreditado por la naturaleza y dirección de sus acciones, pues debería actuar como amigo de Dios, y no del castrismo.
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco afirmó que los opositores no quieren dañar la figura de Ortega e impedir un diálogo sobre la actual situación cubana, pero que le pediría que las escuche y le dé continuidad a la doctrina católica.
En una entrevista con Radio Martí, Berta Soler recordó que gracias al Cardenal se detuvieron las agresiones físicas y verbales de las "turbas paramilitares". Agradeció también por la libertad de sus seres queridos "que no fue como nosotros queríamos ni como ellos querían pero están en las calles", concluyó Soler.
Por su parte, Andrés Carrión, quien gritó "¡Libertad!" y "¡Abajo el comunismo!" poco antes de la misa del Papa en Santiago de Cuba, negó que los disidentes quieran lanzar una campaña de mentiras o descrédito contra el Cardenal, pero sostuvo que éste debería estar más cerca de los oprimidos y tomar distancia de los poderosos y la dictadura.
La disidencia no fue invitada al diálogo entre la Iglesia Católica y el gobernante Raúl Castro en mayo del 2010 para la negociación de la libertad de los presos políticos de la Primavera Negra.
En agosto de 2010, destacó El Nuevo Herald, varios miembros de la oposición cubana enviaron una carta abierta al papa Benedicto XVI para protestar en duros términos por el papel de la jerarquía eclesiástica.
La carta de apoyo a Ortega se publicó en la revista digital de la Arquidiócesis de La Habana, en un comunicado en el que aseguran que existe un plan encaminado a dañar la figura del cardenal Jaime Ortega y a la Iglesia en Cuba, y desacreditar la línea de diálogo del purpurado.
Los autores del comunicado aparecido en Palabra Nueva consideran que la "línea" de Ortega, arzobispo de La Habana, "ha obtenido algún resultado, aunque faltan muchos por lograr". La campaña contra el cardenal trataría, según ellos, de"abortar cualquier esfuerzo de entendimiento y diálogo para buscarle una solución serena y beneficiosa a la actual situación nacional".
Suscribieron el texto los obispos auxiliares Alfredo Petit Vergel y Juan de Dios Hernández Ruiz; los vicarios episcopales Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, Ramón Suárez Polcari y René Ruiz Reyes, y el secretario, Rodolfo Loiz Morales.
Las críticas contra Ortega,se intensificaron después que, durante una charla en la Universidad de Harvard, el cardenal atribuyera a delincuentes incultos, y algunos con trastornos sicológicos, la ocupación pacífica de la Iglesia de la Caridad en La Habana por un grupo opositor, poco antes de la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI.
Entrevistados por el rotativo, Martha Beatriz Roque, portavoz de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, declaró que los cuestionamientos al cardenal Ortega tienen que ver con hechos concretos, negó que las críticas de la disidencia sean mal intencionadas y lamentó que el proceso de diálogo encabezado por Ortega no contemple a todos los cubanos.
Guillermo Fariñas, Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo, dijo que ha sido el propio cardenal quien se ha desacreditado por la naturaleza y dirección de sus acciones, pues debería actuar como amigo de Dios, y no del castrismo.
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco afirmó que los opositores no quieren dañar la figura de Ortega e impedir un diálogo sobre la actual situación cubana, pero que le pediría que las escuche y le dé continuidad a la doctrina católica.
En una entrevista con Radio Martí, Berta Soler recordó que gracias al Cardenal se detuvieron las agresiones físicas y verbales de las "turbas paramilitares". Agradeció también por la libertad de sus seres queridos "que no fue como nosotros queríamos ni como ellos querían pero están en las calles", concluyó Soler.
Por su parte, Andrés Carrión, quien gritó "¡Libertad!" y "¡Abajo el comunismo!" poco antes de la misa del Papa en Santiago de Cuba, negó que los disidentes quieran lanzar una campaña de mentiras o descrédito contra el Cardenal, pero sostuvo que éste debería estar más cerca de los oprimidos y tomar distancia de los poderosos y la dictadura.
La disidencia no fue invitada al diálogo entre la Iglesia Católica y el gobernante Raúl Castro en mayo del 2010 para la negociación de la libertad de los presos políticos de la Primavera Negra.
En agosto de 2010, destacó El Nuevo Herald, varios miembros de la oposición cubana enviaron una carta abierta al papa Benedicto XVI para protestar en duros términos por el papel de la jerarquía eclesiástica.
La carta de apoyo a Ortega se publicó en la revista digital de la Arquidiócesis de La Habana, en un comunicado en el que aseguran que existe un plan encaminado a dañar la figura del cardenal Jaime Ortega y a la Iglesia en Cuba, y desacreditar la línea de diálogo del purpurado.
Los autores del comunicado aparecido en Palabra Nueva consideran que la "línea" de Ortega, arzobispo de La Habana, "ha obtenido algún resultado, aunque faltan muchos por lograr". La campaña contra el cardenal trataría, según ellos, de"abortar cualquier esfuerzo de entendimiento y diálogo para buscarle una solución serena y beneficiosa a la actual situación nacional".
Suscribieron el texto los obispos auxiliares Alfredo Petit Vergel y Juan de Dios Hernández Ruiz; los vicarios episcopales Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, Ramón Suárez Polcari y René Ruiz Reyes, y el secretario, Rodolfo Loiz Morales.
Las críticas contra Ortega,se intensificaron después que, durante una charla en la Universidad de Harvard, el cardenal atribuyera a delincuentes incultos, y algunos con trastornos sicológicos, la ocupación pacífica de la Iglesia de la Caridad en La Habana por un grupo opositor, poco antes de la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI.