Amnistía Internacional informa que las fuerzas de seguridad de Irán recurren al ilegal uso de la fuerza y a los arrestos en masa para reprimir a manifestantes pacíficos que surgieron en varias localidades en las últimas semanas.
Activistas, manifestantes y testigos presenciales han sido “barridos” en una ola de arrestos, incluyendo a niños que fueron sujetos a desapariciones, torturas y otros malos tratos, precisó la organización.
De acuerdo con fotografías, películas que circulan en los medios sociales de comunicación y relatos de testigos presenciales, las fuerzas de seguridad han disparado contra los manifestantes de la minoría kurda en la ciudad de Naqadeh, el 7 de agosto, dejando decenas de personas heridas.
Los testigos declararon a Amnistía Internacional que la mayoría de los atacados no recurrieron a los hospitales, por temor a ser arrestados, torturados y mal tratados.
Diana Eltahawy, Directora Adjunta para el Cercano Oriente y el Norte de África de Amnistía Internacional, declaró que el hecho de que los heridos por la policía no recurrieran a la ayuda de los hospitales por temor a ser arbitrariamente detenidos, habla por sí mismo sobre los crueles métodos de tortura en Irán.
Agregó que ya es tiempo para que la comunidad internacional tome medidas concretas con el gobierno de Irán, por sus abusos y malos tratos que impunemente inflige contra quienes se le oponen, incluyendo el apoyo del establecimiento de mecanismos de investigación y responsabilidad por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, para recolectar evidencias de delitos y crímenes cometidos contra la ley internacional y facilitar procedimientos criminales independientes.
Las autoridades de Irán han vuelto a “dar rienda suelta” a las fuerzas de seguridad nacional, para hostigar y reprimir a los manifestantes que se les oponen y mantener así el poder con puño de hierro sobre los disidentes, aunque sean pacíficos, añadió Eltahawy.