El senador Marco Rubio fue tajante y directo en su respuesta a una pregunta de este reportero sobre si el actual éxodo provocado por Cuba, con ayuda de Nicaragua y Venezuela, constituye un acto hostil o una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
“No solamente un acto hostil, si llega a cierto nivel es considerado un acto de guerra”, sentenció el político de 49 años que este viernes asistió a un acto en la Ciudad de Doral con representantes de la comunidad venezolana en el sur de la Florida.
Unos 32 mil cubanos ingresaron de forma irregular por la frontera sur de Estados Unidos en marzo último y las cifras apuntan a que el año fiscal culmine con un guarismo superior al éxodo del Mariel cuando 125 mil almas de la Mayor de las Antillas llegaron a Cayo Hueso por mar entre el 21 de abril y el 31 de octubre de 1980.
Rubio dijo entender la necesidad del cubano que emigra, pero lamentó que lo haga arriesgando su vida en manos de coyotes inescrupulosos en el trayecto terrestre por Centroamérica y México.
El senador de ascendencia cubana recalcó que todas las dictaduras causan éxodos, entre otros males.
La expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue otro de los temas abordados por Rubio, que llegó al Senado en 2011.
Preguntado si desde su posición en el Congreso recomendaría la expulsión de Cuba y Venezuela al igual que ha sucedido con Rusia, Rubio respondió que nunca ha considerado a ese organismo como algo legítimo y Estados Unidos no debería ser miembro ni pagar una cuota para integrar ese organismo.
“No solo deben ser expulsados, sino que no debemos ser miembro hasta que abusadores como esos países sean expulsados”, respondió Rubio.
Asimismo, recordó la estrecha relación entre La Habana y Caracas y dijo que el 10 por ciento de la producción del petróleo venezolano va a parar a Cuba como pago de los servicios que prestan en el país suramericano los médicos cubanos.
“La mitad son espías, no son médicos”, apuntó.
Rubio está en campaña con mira a la reelección en noviembre cuando el Congreso renovará a cerca de un tercio de los 100 senadores, que son elegidos para un período de seis años.