El régimen de Cuba tuvo la oportunidad de mantenerse fuera de la lista negra de países que patrocinan el terrorismo pero prefirió no cooperar, declaró en una conferencia con medios de prensa independientes cubanos, Mara Tekach, Coordinadora de la Oficina del Hemisferio Occidental para temas de derechos humanos del Departamento de Estado de EEUU.
La funcionaria ofreció detalles de cómo Washington tomó la decisión de volver a incluir a Cuba entre los estados patrocinadores del terrorismo, siguiendo un procedimiento estándar, "como se hace exactamente en todos los casos".
"Esta designación pone la responsabilidad en manos del régimen, y nosotros sabemos que ese régimen hace tiempo se pronunció claramente sobre su intención de evitar esta designación. Sabía qué debía hacer para evitarla y se opuso. Ahora le toca hacer lo necesario si verdaderamente quiere lograr ese objetivo", dijo la funcionaria.
En 2019, el país caribeño fue considerado como una nación que no cooperaba por completo con Washington en su batalla contra el terrorismo. Antes, en el 2015 fue excluida de la lista de países que patrocinan el terrorismo.
Pero desde 1982 a 2015, el régimen de La Habana se mantuvo cada año en la lista negra por su acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y algunos fugitivos de la justicia estadounidense.
Tekach afirmó que el gobierno comunista rechazó cooperar cuando tuvo la oportunidad de mantenerse fuera de esta designación: "Cuando bajó de la lista en 2015, fue sobre la base de que iba a cambiar su postura y a pesar de las oportunidades, no lo hizo. Ignoró la petición de extraditar a miembros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia con cargos. Fue reacio en su postura de entregar a los fugitivos estadounidenses", declaró la diplomática.
La ex encargada de Negocios de la Embajada de EEUU en La Habana recordó además que "Cuba alberga a varios de los fugitivos más buscados por la justicia o condenados por cargos de violencia política, muchos de los cuales han residido en Cuba durante décadas.(...) Esta gente permanece en Cuba, están protegidos, les han dado confort, mientras el pueblo cubano sufre escasez de alimentos, de medicamentos y encima de todo el Gobierno le niega hasta el más mínimo derecho".