Veinte años después de iniciado el llamado “Periodo especial”, el gobierno cubano intenta recuperar el uso de la bicicleta como uso público, según trascendió el pasado viernes 28 en una reunión del Consejo de Ministros y que fue publicada este lunes en el diario oficial Granma.
Marino Murillo, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo insistió en que una de las estrategias para la recuperación del transporte nacional está en el uso de este milenario medio de locomoción.
La venta de bicicletas de fabricación china y vietnamita, a inicios de la década de los ’90 se impulsó su uso masivo ante el desplome de la economía en Cuba, pero muy pronto los trabajadores empezaron a sufrir la carencia de piezas de repuesto y o la mala calidad de las mismas. Los talleres para la reparación de los ciclos pulularon por toda la isla, pero fueron mermando hasta el punto que en los mismos solo se ofrece el servicio de reparaciones de neumáticos y defectos menores.
En la actualidad el uso de la bicicleta en la isla se ha reducido a quienes tienen la posibilidad de comprarla en a precios exorbitantes en las llamadas ‘tiendas recaudadoras de divisas’ o acudiendo a mecánicos e inventores que las reparan una y otra vez.
Aún en medio de las carencias, en todo el archipiélago nacional se presta el servicio de Bici-Taxi, un modo antiquísimo de transporte, pero quienes lo ejercen en Cuba, son víctimas del acoso policial y de inspectores estatales, según las denuncias constantes los mismos hacen a diferentes medios de prensa independientes y extranjeros.
Al respecto, Murillo señaló que “… los servicios por cuenta propia están mal atendidos, son caros y en muchos casos los vehículos no reúnen las condiciones técnicas requeridas. Los principales insumos para estas labores, tanto el combustible como las piezas de repuesto, son adquiridos en el mercado informal”, sin precisar en quién cae directamente la responsabilidad.
En el mundo contemporáneo el uso de la bicicleta va desde el orden turístico o por motivos de salud, y en casos de algunos países de Asia y África, se utiliza como servicio de transporte, sin que por ello, quienes lo oficien sufran la reprimenda de las autoridades.
Marino Murillo, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo insistió en que una de las estrategias para la recuperación del transporte nacional está en el uso de este milenario medio de locomoción.
La venta de bicicletas de fabricación china y vietnamita, a inicios de la década de los ’90 se impulsó su uso masivo ante el desplome de la economía en Cuba, pero muy pronto los trabajadores empezaron a sufrir la carencia de piezas de repuesto y o la mala calidad de las mismas. Los talleres para la reparación de los ciclos pulularon por toda la isla, pero fueron mermando hasta el punto que en los mismos solo se ofrece el servicio de reparaciones de neumáticos y defectos menores.
En la actualidad el uso de la bicicleta en la isla se ha reducido a quienes tienen la posibilidad de comprarla en a precios exorbitantes en las llamadas ‘tiendas recaudadoras de divisas’ o acudiendo a mecánicos e inventores que las reparan una y otra vez.
Aún en medio de las carencias, en todo el archipiélago nacional se presta el servicio de Bici-Taxi, un modo antiquísimo de transporte, pero quienes lo ejercen en Cuba, son víctimas del acoso policial y de inspectores estatales, según las denuncias constantes los mismos hacen a diferentes medios de prensa independientes y extranjeros.
Al respecto, Murillo señaló que “… los servicios por cuenta propia están mal atendidos, son caros y en muchos casos los vehículos no reúnen las condiciones técnicas requeridas. Los principales insumos para estas labores, tanto el combustible como las piezas de repuesto, son adquiridos en el mercado informal”, sin precisar en quién cae directamente la responsabilidad.
En el mundo contemporáneo el uso de la bicicleta va desde el orden turístico o por motivos de salud, y en casos de algunos países de Asia y África, se utiliza como servicio de transporte, sin que por ello, quienes lo oficien sufran la reprimenda de las autoridades.