El cuento de la aspirina: otra justificación de la debacle de la salud pública en Cuba

La salud pública en Cuba ha sido una de las grandes mentiras publicitarias de la dictadura comunitaria. Ha servido junto a la otra gran falsedad de la educación y el deporte , los argumentos para justificar la represión y los sesenta años de la falta de libertad y violación de todos los derechos humanos. Todos ustedes que escuchan estos comentarios saben que la salud pública para la población cubana es deficiente, que faltan las medicinas, que los familiares que viven en el extranjero tienen que enviarles aspirinas, vitaminas y toda clase de medicamentos. Los dirigentes de la dictadura culpan al embargo estadounidense de la falta de aspirinas, como si este analgésico fuera una fórmula secreta, que solo puede fabricarse en EEUU. Cuba puede comprar aspirinas en decenas de países con los que mantiene relaciones comerciales: Canadá, España, Francia Alemania, Argentina, Japón, etc. ¿Por qué no lo hacen? Porque el pueblo de a pie no les interesa. No les importa que sufran dolores de cabeza, fiebres y otras enfermedades que se aliviarían con las aspirinas...