El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg se reunió el jueves con el presidente Volodymyr Zelenskyy para discutir la situación de la guerra y las necesidades de las tropas, un día después de que Rusia acusó a los aliados occidentales de Ucrania de ayudar a planificar el ataque de la semana pasada al cuartel general de la Flota del Mar Negro en la península de Crimea, anexada por Rusia.
Zelenskyy dijo que Stoltenberg aceptó pedir a los miembros de la OTAN que proporcionen más sistemas de defensa antiaérea para proteger las usinas y la infraestructura energética, que sufrieron graves daños durante los ataques rusos del invierno boreal pasado. También le recordó al secretario general los ataques persistentes a zonas civiles, como los 40 ataques con drones de la noche anterior.
"Frente a los ataques tan intensos a los ucranianos, a nuestras ciudades, nuestros puertos, que son cruciales para la seguridad alimentaria mundial, necesitamos ejercer una presión igualmente intensa sobre Rusia y fortalecer nuestra defensa aérea", dijo Zelenskyy. "El mundo debe ver cómo Rusia sufre graves pérdidas para que en última instancia prevalezcan nuestros valores compartidos".
Stoltenberg dijo que la OTAN tiene contratos por 2.400 millones de euros (2.500 millones de dólares) en municiones para Ucrania, incluidos obuses de 155 mm, misiles antitanque y municiones para tanques.
"Cuanto más fuerte se vuelva Ucrania, más cerca estaremos de poner fin a la agresión de Rusia", dijo Stoltenberg. "Rusia podría deponer las armas y poner fin a su guerra hoy. Ucrania no tiene esa opción. La rendición de Ucrania no traería la paz. Traería la brutal ocupación rusa. La paz a cualquier precio no sería paz en absoluto".
El miércoles, la vocera del ministerio del Exterior ruso, Maria Zajarova dijo que el ataque al cuartel general de la Flota del Mar Negro en Crimea había sido coordinado con ayuda de agencias de seguridad estadounidenses y británicas y que los satélites y aviones exploradores de la OTAN también cumplieron un papel.