Un libro editado por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) bajo el título "Diplomacia y derechos humanos en Cuba: De la Primavera Negra a la liberación de los presos políticos", reúne testimonios de diplomáticos sobre sus vivencias en La Habana.
La reseña de Infobae señala que muchas embajadas en La Habana intentan respaldar a personas cuyas libertades de expresión e información son conculcadas.
Parte de esta labor la inició tras la Primavera Negra del 2003, el embajador de Alemania, Hans-Ulrich Lunscken, cuando empezó a invitar a miembros de la sociedad civil cubana a las recepciones por el día nacional de su país.
"Los diplomáticos tienen que equilibrar obligaciones aparentemente opuestas de no interferencia, involucramiento oficial, una perspectiva de desarrollo a largo plazo y solidaridad democrática inmediata", escribe un representante latinoamericano en La Habana.
El sueco Ingemar Cederberg, embajador en La Habana de 2005 a 2010 y ganador del premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba instituido por CADAL, dice en el libro no haber conocido violaciones tan vilmente elaboradas contra la libertad de expresión como las de Cuba.