El historiador de la pelota cubana Ismael Sene dice que el béisbol en la isla "está en un mal momento" y la agencia AP afirma que cuando el presidente de Estados Unidos vea el juego de este martes en el estadio Latinoamericano entre los Rays de Tampa Bay y una selección cubana, verá a un equipo isleño disminuido "que enfrenta su peor crisis en más de 50 años".
"La pelota cubana siente el efecto de la partida de muchas de sus mejores figuras. Los estadios y los campos de juego están muy desmejorados y el equipo nacional no gana un torneo grande desde hace casi una década", afirma AP.
Peter C. Bjarkman, autor del libro Los desertores del béisbol cubano: La verdadera historia, que será publicado próximamente, estima que la decisión de Yulieski Gourriel de abandonar la isla es una muestra de que "no habría acuerdo alguno con las Grandes Ligas a corto plazo; porque, de lo contrario, se hubiera quedado".
Según Bjarkman, a los 31 años, a Yulieski Gourriel "no le quedaba mucho tiempo, sintió que era ahora o nunca". Señaló que la falta de éxitos contribuye a hacer que se vayan los peloteros cubanos.
Agregó que cuando los peloteros cubanos ganaban torneos eran tratados como astros de rock. Pero, hoy por hoy, a los cubanos les interesa más lo que hacen los peloteros isleños que están en las Mayores.
"Están por debajo de los que se fueron. Cada vez hay menos razones para quedarse y permanecer en el sistema", dijo Bjarkman.
"Ya no son ídolos. Los ídolos son los que se fueron".
Plantea que las autoridades cubanas "están considerando cambios otrora inimaginables para salvar el deporte nacional en parte por el detente que comenzaron el presidente estadounidense Obama y el mandatario cubano Raúl Castro".
Hace sólo unos días, la Casa Blanca creó una vía que autoriza a los cubanos cobrar sueldos en Estados Unidos si no pagan impuestos especiales en la isla.
"Se puede ir a trabajar allá, nos van a dar permisos de trabajo y el dinero se puede traer para Cuba. Eso es lo que nosotros queríamos, que nuestros peloteros puedan jugar allí", expresó Víctor Mesa, mánager de la selección cubana.
La agencia indica que un tema clave es que, si bien Cuba permite ahora a algunos peloteros competir en ligas del exterior, son cedidos a préstamo por la Federación Cubana de Béisbol, que se lleva parte de sus salarios.
Pagarle directamente al Gobierno cubano violaría los términos del embargo que rige sobre la isla y que el Congreso de Estados Unidos se niega a levantar.
Sene dijo que las autoridades están hablando de hacer jugar una liga de mayo a septiembre, sin los jugadores que firman con las Mayores. Una segunda liga de seis equipos funcionaría de octubre a diciembre y contaría con los peloteros cubanos, que ya habrán terminado su temporada en Estados Unidos.
"Espero que pueda pasar", dijo Sene. "Para mí es la solución en cuanto a la calidad general".
Un arreglo de ese tipo sería necesario porque los equipos de las Grandes Ligas pagan millones de dólares a sus jugadores y defenderán agresivamente sus inversiones, enfatizó AP.