Un nuevo lanzamiento ha sido incorporado oficialmente al repertorio de los pitchers en las Grandes Ligas.
Le llaman sweeper o barredora y, a decir verdad, no es realmente un pitcheo nuevo sino, más bien, una modificación del slider. Pero ya en las transmisiones de la televisión se menciona como un envío más, tal como la recta, sinker, bola de nudillos o cualquier otro.
Tiene un mayor desplazamiento horizontal, que “barre” el plato de lado a lado, sin romper tan bruscamente como la slider tradicional o la curva.
El movimiento del sweeper provoca que el contacto del bate con la bola sea más suave y ya han aparecido algunos “especialistas” del envío de moda, como el polémico Adam Ottavino, relevista de los Mets de Nueva York, aquel que dijo en una ocasión que habría sido capaz de ponchar al mismísimo Babe Ruth.
Lo cierto es que Ottavino, un veterano de 37 años que se apoyaba principalmente en la slider y la curva, ha mejorado un mundo desde que comenzó a experimentar el sweeper.
Desde que llegó a los Mets en el 2022, su efectividad se redujo a 2.14, luego de que, en el 2021, cuando jugó para los Medias Rojas de Boston, su promedio de limpias fuera exageradamente elevado, 4.21.
“Intenté cambiar el quiebre del movimiento, ya no de arriba hacia abajo, sino de derecha a izquierda”, explicó el serpentinero en una entrevista a la agencia AP.
Y está, ¿quién si no? Shohei Ohtani, quien, según los analistas, tiene una de las mejores barredoras de todo el béisbol, pues la pelota se le mueve hasta 20 pulgadas horizontalmente.
Como si no fuera suficiente con lo que ha hecho hasta ahora, el fenómeno japonés de los Angelinos de Los Angeles está inmerso en la que pudiera ser su mejor campaña desde el montículo.
En seis aperturas tiene récord de 4-0 y efectividad de 1.85, la quinta mejor entre todos los abridores de las Mayores, y permite apenas 2.9 hits como promedio por cada nueve entradas.
Luego de que en sus tres primeras campañas su efectividad superara las tres carreras limpias por cada nueve entradas de labor, el año pasado, cuando logró dominar el sweeper, bajó a 2.33 y por primera vez superó la decena de triunfos, al acumular balance de 15-9.
También ha mejorado su tasa de ponches por cada nueve innings, que esta temporada anda por 12.2, tres décimas más que el año pasado.
Ahora viene por más y junto a su producción ofensiva, le apunta en grande a su segundo premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana, para seguir engordando su leyenda...y su cuenta bancaria, en camino a ser el primer pelotero en la historia con un contrato superior a los 500 millones de dólares.
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