El líder del Partido Popular (PP) de España, Mariano Rajoy, hace todo lo posible para formar alianzas en el Congreso y busca convencer a otros partidos para que lo vuelvan a investir en las próximas semanas. Busca tener los apoyos necesarios antes de la instalación del parlamento, el 19 de julio. "No podemos estar más tiempo en una situación como esta", declaró Rajoy este lunes, al resaltar los enormes retos de España, entre ellos las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Para lograrlo, el líder conservador quiere comenzar a negociar apenas regrese de Bruselas, donde participará a partir del martes en un consejo europeo sobre el Brexit. Después sería recibido por el rey Felipe VI, que consulta a los dirigentes de los partidos para saber si creen disponer de los votos necesarios para la investidura y propone su candidatura al parlamento.
Rajoy se pondrá en contacto rápidamente con las otras dos formaciones políticas con las que pretende lograr un entendimiento: el partido socialista PSOE y el liberal Ciudadanos. Según el eurodiputado del PP, Esteban González Pons, Rajoy propondrá un gobierno de "gran coalición", que reuniría el apoyo de 254 de los 350 diputados del parlamento. Rajoy dijo estar "abierto a todas las formulas" entre las que entrarían un posible pacto con Ciudadanos y con dos formaciones nacionalistas moderadas minoritarias, el Partido Nacionalista Vasco, con cinco diputados, y Coalición Canaria, con uno. La suma daría 175 escaños, a uno de la mayoría absoluta.
Para ganar apoyos, el PP podría proponer una reforma constitucional que modifique el sistema electoral y el modelo territorial de España, en plena fiebre independentista en Cataluña, asegura un responsable del PP.
En caso de que los socialistas se resistan, teniendo en cuenta de que hicieron campaña promoviendo un "cambio" y fustigando la "corrupción" y las políticas de austeridad del PP, Rajoy podría ofrecer un pacto que le permita gobernar a cambio de ciertas concesiones en el programa de gobierno.
Si en definitiva no hay acuerdo, el jefe de gobierno saliente podría intentar gobernar en minoría con la ayuda de Ciudadanos y pequeños partidos regionales, para lo cual necesitaría la abstención de uno o más diputados socialistas en la sesión de investidura, pero su mandato sería frágil.
"No vamos a apoyar ningún gobierno de Mariano Rajoy", declaró el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, aunque se mostró dispuesto a "hablar de reformas". La agrupación parece querer vender caro su apoyo, sin renunciar por lo pronto a pedir la salida del jefe del PP.
"No esperes nada rápido" en cuanto a la formación de un gobierno, advirtió el lunes a la AFP una fuente cercana a Pedro Sánchez, líder del PSOE. Los socialistas no renuncian a gobernar, en alianza con Ciudadanos y con la izquierda radical de Podemos, explicó, aunque esta unión parece imposible por la enemistad entre los dos, que se consideran polos opuestos.
El Partido Popular (PP) ganó con claridad la votación del domingo, aunque sin una mayoría suficiente para gobernar. La formación azul, que gobierna el país desde 2011, obtuvo 137 escaños, 14 más que en diciembre pero lejos de los 176 que le darían la mayoría absoluta en un Congreso de 350 diputados. El PSOE fue la segunda opción más votada con 85 escaños, cinco menos que en diciembre, y registró el peor resultado de su historia.
La tercera fuerza en el Parlamento será la coalición de izquierdas Unidos Podemos, con 71 escaños y que incluye a comunistas, ecologistas y a Podemos, una formación con dos años de historia que nació del movimiento popular contra las medidas de austeridad impuestas por el gobierno, conocido como 15-M. La alianza, liderada por Pablo Iglesias que esperaba superar a los socialistas en votos y escaños -algo que popularmente se conocía con el término italiano "sorpasso"- y romper el tradicional bipartidismo español, parece haberse quedado en un segundo plano sin opciones de entrar en un gobierno.