El Dr. Jorge Pérez Ávila, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, en La Habana, ha revelado en entrevistas con Amaury Pérez Vidal y el diario mexicano, La Jornada, que el primer caso de SIDA oficialmente reconocido por el gobierno cubano en 1986 no fue el de un homosexual, sino el de un militar cubano destacado en Mozambique. La confesión del Dr. Pérez Ávila reivindica la temprana denuncia de Radio Martí sobre cómo llegó y se propagó en Cuba la mortal enfermedad.
El 20 de mayo de 1985, cuando Radio Martí salió al aire, los medios de comunicación del Estado cubano (que son todos) guardaban un sospechoso silencio en torno al síndrome de inmunodeficiencia adquirida, VIH. Poco imaginaba la vilipendiada emisora que la investigación de este dramático caso y el apego de sus periodistas a las normas establecidas iba a poner en pie de igualdad la calidad de las informaciones de Radio Martí con los medios de prensa estadounidenses.
En su edición del 22 de marzo de 1986, sección 1, página 26, el diario The New York Times rectificó sus criticas y elogió el acierto con que Radio Martí se había desenvuelto como instrumento de la política exterior de Estados Unidos, ofreciendo información precisa, clara y objetiva sobre todas aquellas cosas que el gobierno cubano ocultaba a su pueblo.
Cinco meses después de que Radio Martí iniciara sus transmisiones reiterando con bien documentados reportajes el peligro que corría la población cubana por la ausencia de controles epidemiológicos, el diario Granma respondió el 18 de octubre de 1985 con una nota en la que aseguraba que "no había ni un solo caso de SIDA en Cuba".
Teníamos buenas razones para creer que la cúpula gobernante cubana mentía, así como pruebas circunstanciales de que cuando Radio Martí hablaba, La Habana prestaba atención.
¿Por qué mentía? Porque estaba en juego la presencia militar cubana en Africa. Dos años antes, el 19 de marzo de 1983, la directora del Instituto de Medicina Tropical en Miami, Dra. Caroline MacLeod, declaró a la agencia Prensa Asociada que "El SIDA probablemente se originó en Africa y fue traido al Hemisferio Occidental por soldados cubanos y mercenarios que combatían en Angola y Zaire". La hipótesis de la Dra. MacLeod se veía reforzada por el hecho indiscutible de que la epidemia de dengue de 1977 coincidió con el regreso a Cuba de los primeros contingentes de tropas cubanas que fueron enviadas a Angola en 1975.
¿Cuáles eran las pruebas circunstanciales? El SIDA había sido descubierto desde 1980, pero el gobierno cubano guardó silencio absoluto. No fue hasta los primeros seis meses después de la salida al aire de Radio Martí que La Habana comenzó a tratar el tema del SIDA con inusual frecuencia. La preocupación se hizo evidente en octubre de 1985 cuando el gobierno cubano invitó al médico estadounidense Thomas Quinn para consultarle sobre la patología del SIDA.
A su regreso a Estados Unidos, el Dr. Quinn declaró a Radio Martí que el SIDA se había propagado en Cuba y que el personal de salud pública cubano aún no era capaz de diagnosticar la enfermedad. El diagnóstico del SIDA no surgió en 1986 como afirma el Dr. Pérez Ávila, existía ya en esa fecha, pero el interés político de la cúpula gobernante cubana prefirió tratar el caso como secreto de estado.
Confrontado por los reportajes de Radio Martí e imposibilitado de seguir negando la presencia del virus en Cuba cuando en Africa (donde había miles de soldados cubanos) desaparecían pueblos enteros, el diario Granma publicó una nota el 26 de abril de 1986 sobre el primer caso de SIDA en la isla: un homosexual que según el despacho contrajo la enfermedad en Nueva York, infundio desmentido ahora, al cabo de 25 años, por el Dr. Pérez Ávila.
Con cada reportaje de Radio Martí se iba revelando una relación asimétrica. Todas las medidas tomadas por el gobierno cubano, desde la creación de un equipo médico para el estudio de la enfermedad anunciado por el ministro de salud publica el 28 de noviembre de 1985 por la emisora Radio Rebelde, hasta el velado reconocimiento de que el SIDA se había propagado en la isla, se adoptaron durante los primeros meses de la salida al aire de Radio Martí.
Así fue que la población de la isla y no pocos funcionarios del gobierno se enteraron de que militares y civiles cubanos corrían un riesgo mayor de contraer el VIH porque en Africa el SIDA se transmite por vía heterosexual, peligro acrecentado por la cultura promiscua de la soldadesca. "No importa cuál es la ideología de uno (dijo la Dra. MacLeod), quien transporta gran número de tropas transporta enfermedades". Por si fuera poco, los bancos de sangre cubanos en Africa se nutrían de sangre local que luego era trasfundida a los heridos con agujas hipodérmicas contaminadas, como denunció Radio Martí en su momento. Este episodio pone de relieve la importancia informativa y humanitaria de Radio Martí mientras no haya en Cuba libertad de prensa y la única fuente de información sea el gobierno.