¿Quién se lleva a Ohtani?

Shohei Ohtani, considerado el "fenómeno japonés" del béisbol. AP Photo/Mark J. Terrill

Por las próximas dos semanas, el tema central de conversación en el mundo de las Grandes Ligas, más allá de los resultados de los juegos, estará enfocado en el destino del fenómeno japonés Shohei Ohtani.

Los Angelinos de Los Angeles, el equipo para el cual ha jugado desde su debut en 2018, parece cada vez más inclinado a cambiarlo antes de perderlo en la agencia libre al final de la temporada, sobre todo, después de la lesión que dejó fuera hasta el año próximo a Mike Trout y se desvanecieran las posibilidades de avanzar a los playoffs.

La pregunta de rigor es ¿Quién se lleva a Ohtani?

De antemano, los Angelinos advirtieron que no lo cederá a los poderosos Dodgers de Los Angeles, el otro equipo de la ciudad californiana, con el que se disputa el favor de la fanaticada local.

Aclarado este punto, otros equipos empiezan a salivar con la posibilidad de obtener de un solo golpe a un pitcher estelar y al líder absoluto de jonrones en la actual campaña, aunque no precisamente como si se tratara de un descuento 2x1 como anuncian las tiendas.

El costo a corto y largo plazo será muy alto y además, el grupo de soñadores es reducido.

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A la mayoría de las franquicias ni les pasa por la cabeza la posibilidad de obtener al unicornio del béisbol, figura mítica en la que se ha convertido el pelotero nipón.

No basta con estar en posición competitiva de cara a la postemporada y reforzarse con un toletero extraclase que al mismo tiempo venga a mejorar considerablemente la rotación abridora.

Hay que tener varios prospectos de primerísimo nivel y algún que otro jugador ya establecido para ofrecer a cambio de Ohtani.

Pero, sobre todo, tener el potencial financiero para asegurar al japonés a largo plazo, pues nadie se desprenderá de su futuro en una apuesta que ni siquiera garantizará en un 100 por ciento el triunfo en la Serie Mundial de octubre próximo.

Quien decida ir con todo detrás del asiático tiene que estar preparado para desembolsar los entre 500 y 600 millones de dólares que costaría para impedir que se vaya a la agencia libre al final de la campaña.

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Sería muy desacertado que un equipo, incluso si ganara en octubre la Serie Mundial, se deshaga de varias de sus principales piezas a cambio de un alquiler de tres meses.

Por otro lado, eso podría significar hipotecar el futuro financiero de la franquicia, como pasa casi siempre con esos megacontratos a largo plazo.

Los primeros años, cinco, seis tal vez, la inversión parecerá dar resultado. Ohtani tiene 29 recién cumplidos y hasta ahora, cada temporada es mejor que la anterior.

Pero la proyección del pacto del que se habla lo ubica en unos 12 años de duración y si a los 41, el japonés sigue siendo el excepcional jugador de dos vías que es hoy, apaga y vamos, que entonces estaremos hablando del mejor pelotero de todos los tiempos.

Descartados los Dodgers, sólo parece haber dos equipos con la capacidad real de llevarse al nipón y asegurarlo además por largo tiempo: los Yankees de Nueva York y los Bravos de Atlanta.

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Los Yankees tendrían que incluir en el paquete, sí o sí, a su prospecto número uno, el dominicano Jasson Domínguez, apodado El Marciano, un jardinero de 20 años que batea a las dos manos y muestra un poder descomunal, así como al derecho Drew Thorpe, el mejor lanzador en las Menores, ambos proyectados para debutar en el 2024.

Pero ahora mismo, Nueva York está en el sótano de la división Este de la Liga Americana, lo cual desvanecería el interés a corto plazo por Ohtani.

Los Bravos tienen el equipo mejor conformado a largo plazo de todo el béisbol, con sus principales estrellas amarradas por buen tiempo y a un costo relativamente bajo, además de contar con una nutrida granja de prospectos, sobre todo pitchers, varios de ellos listos para debutar esta misma campaña, como los serpentineros AJ Smith-Shawyer, Darius Vines y Víctor Vodnik.

Tomar a Ohtani a cambio de valiosos prospectos y pagar su elevadísimo valor de mercado rompería la estrategia que ha desarrollado la gerencia desde hace años, pero bien valdría la pena el riesgo, tratándose de un jugador que quizás no volvamos a ver en 100 años más.