El conglomerado empresarial GAESA, perteneciente a las Fuerzas Armadas, no está bajo la supervisión de la Contraloría General de la República, (CGR), el mayor órgano de control del Estado en la isla.
Según dijo en entrevista para la agencia EFE la máxima figura del organismo, Gladys Bejerano, la empresa de los militares tiene “disciplina y organización superior” y la Contraloría concentra sus “fuerzas” donde hacen falta.
GAESA maneja los sectores claves y más lucrativos de la economía cubana, incluido casi todo el sector turístico, las remesas, telecomunicaciones, empresas importadoras y distribuidoras, bancos, gasolineras y otros. Los negocios que involucran a la compañía se extienden fuera de la isla.
El conglomerado y sus dirigentes han sido sancionados por Estados Unidos en varias ocasiones. En junio de 2017, el expresidenteDonald Trump, le prohibió hacer transacciones financieras con ciudadanos y empresas norteamericanas.
En 2020 el Departamento del Tesoro identificó a tres entidades "controladas por el ejército cubano con roles estratégicos en la economía cubana", las cuales fueron incluidas en la Lista de Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas de la OFAC.
Lee también ¿Qué oculta GAESA: el negocio de militares en Cuba?Además de no auditar a GAESA, Bejerano admitió en la entrevista con EFE que el "23 % de los sistemas de control del país tienen deficiencias, principalmente por falta de capacidades técnicas o humanas (sólo el 60 % de las plazas de la Contraloría General están cubiertas)".
La funcionaria admitió que en estos momentos el déficit público es “bastante alto”y que la fuerte crisis económica que afecta al país ha disparado la corrupción.
“La gente no cae en la corrupción en paracaídas", dijo e hizo referencia a la destitución del ex viceprimer ministro y ex ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández.
“Duele y duele mucho porque uno piensa como compañero -y el pueblo, como cubano- que una persona que ha estado a ese nivel, que ha estado manejando las situaciones, los sacrificios que ha habido que hacer,.. Que no tenga una actitud en correspondencia, realmente uno lo siente como una traición”, aseguró.
No obstante, aclaró que la investigación sobre Gil tampoco estuvo a cargo de Contraloría General.