La prisionera política del 11J, Lizandra Góngora, fue trasladada el viernes a las 4 de la tarde desde la prisión de mujeres del Guatao, en La Habana, a un penal en Isla de Pinos.
Su esposo, Angel Delgado, lo confirmó este domingo en comunicación con Radio Martí. El medio independiente La Hora de Cuba había informado anteriormente que fue “desterrada a prisión en Isla de Pinos”.
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“Le han hecho chantajes psicológicos” y el traslado se efectuó a un lugar lejos de su hogar, “sin notificar a la familia”, dijo en Facebook el primo de la prisionera, Edelmer Góngora. “La alejaron de su familia”, lamentó, y ahora se desconoce cómo se hará “para enviarle alimentos y medicinas” a más de 150 kilómetros de distancia, viaje en el cual se requiere ir en avión.
A inicios de marzo, ella y otras prisioneras políticas que firmaron con su sangre una carta donde reclaman al dictador Miguel Díaz-Canel que cumpla el deseo del papa Francisco de que los manifestantes del 11J sean liberados, fueron llevadas a una corte disciplinaria en la cárcel del Guatao.
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En ese momento, Delgado dijo a Radio Martí que las condenas de las presas pueden ser prolongadas cuando son llevadas a las cortes disciplinarias.
En la mencionada carta, las opositoras presas agradecen el mensaje del Sumo Pontífice a favor de la libertad de los presos del 11J, el cual fue expresado al gobierno cubano a través de su emisario, el cardenal Beniamino Stella, quien visitó Cuba en febrero.
Lizandra Góngora fue condenada a 14 años de prisión por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 en Güira de Melena, en la provincia de Artemisa. La acusaron de sabotaje, robo con fuerza y desorden público.
En denuncias anteriores, su esposo ha advertido que las autoridades se han ensañado con ella debido a sus denuncias dentro del penal y su rechazo a vestir el uniforme de reos comunes.
La plataforma feminista “YoSíTeCreo en Cuba” señaló que contra la prisionera política “ha sido usado el internamiento psiquiátrico para descalificar su forma de pensar”.