Mientras la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenaba el viernes la represión contra periodistas independientes en Cuba, circulaban en las redes sociales las imágenes de un encuentro en el que tres de ellos hicieron preguntas a un panel de periodistas de medios nacionales e internacionales que sesionó el jueves en La Habana.
Después de mencionar por su nombre a Roberto de Jesús Quiñones Haces, que cumple prisión en Guantánamo por haber ido a reportar un juicio en los tribunales locales, y de denunciar el acoso que sufren quienes como él ejercen el oficio al margen de la prensa estatal, la periodista independiente Mónica Baró les hizo una pregunta de “sí o no” a los panelistas.
“¿Podríamos contar con la solidaridad de ustedes para denunciar la represión y para defender los derechos elementales de prensa y de libertad de expresión, que son derechos humanos al final?, dijo Baró antes de apartarse del micrófono entre los aplausos de los asistentes.
Los otros dos reporteros libres que hicieron preguntas en el encuentro habían sido citados, interrogados y amenazados la víspera por agentes de la Seguridad del Estado: Luz Escobar, del diario digital 14ymedio, y Julio Aleaga Pesant.
En la declaración de la SIP, su presidente, Christopher Barnes, y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, reiteraron su solidaridad con los periodistas independientes de Cuba y condenaron la “represión del vetusto régimen, que sigue calificándolos de opositores”.
En La Habana, el panel de Ultimo Jueves, organizado por la revista Temas, fue convocado esta vez con el título de “Ante la prensa: el turno del público”.
A los invitados que se habían anunciado inicialmente (Rafael González, de la revista AM:PM; Armando Franco, director de Alma Mater, y Yosley Carrero, del Instituto Cubano de Radio y Televisión) se unieron Marina Menéndez, del periódico Juventud Rebelde; Patrick Oppmann, de CNN, y Eric Caraballoso, de la revista OnCuba.
“Yo quisiera que no consideráramos que esto es una tribuna, que no consideráramos que es una barricada: que consideráramos que es un espacio para pensar colectivamente”, dijo el moderador y director de Temas, Rafael Hernández, cuando se apagaban los aplausos a Baró y se disponía a hablar Aleaga Pesant.
Al reseñar el encuentro en su página de Facebook, la propia Baró contaba que la primera pregunta lanzada por el moderador fue, refiriéndose específicamente a Cuba: “¿Qué ha sido lo más importante en lo ocurrido durante los últimos tres años?”
Entonces, siguiendo las instrucciones del moderador, Aleaga Pesant hizo “tres preguntas en un minuto”: si el intento de la oposición democrática de participar en las elecciones de 2017 fue un acontecimiento importante en esos tres años; si articular una oposición democrática en Cuba facilitaría la solución de los problemas en el país, y por último: ¿No contribuiría el periodismo independiente o alternativo a mejorar el periodismo ciudadano?
Citada por Baró, la panelista Marina Menéndez manifestó que los dos primeros entre los cinco acontecimientos más importantes del trienio habían sido la llegada de Donald Trump a la presidencia y el recrudecimiento del “bloqueo” comercial estadounidense.
“En resumen: lo más importante que ha pasado en Cuba es lo que ha pasado en Estados Unidos”, dijo Baró en su cuenta de Facebook. “Para decirlo drásticamente: hay que dar gracias a que eligieron a Donald Trump y recrudecieron el bloqueo, porque si no, en Cuba no hubiera pasado nada”.
La primera de los tres periodistas independientes en usar el micrófono fue Luz Escobar. Sin tener que forzar mucho la memoria, pues lo había experimentado la víspera, les habló del escenario en que trabajan a diario ella y sus colegas: “un escenario de riesgos en el que estamos sujetos a amenazas por el Decreto 370, usurpación de capacidad legal”, entre otros recursos que usa el gobierno para intimidarlos.
Les preguntó entonces si ellos, como periodistas, creían que valdría la pena pelear a favor de un escenario más propicio para que los independientes pudieran hacer su trabajo.
Rafael González, de AM:PM, se dirigió expresamente a Baró.
“Comentarle a Mónica que yo en lo particular siempre apoyaré el ejercicio ético y profesional de cualquier persona que intente informar la verdad; me da igual la formación que tenga, me da igual el posicionamiento ideológico que tenga”, dijo González.
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Creo que no se puede condicionar el ejercicio de la democracia a las presiones externas que pueda tener el país; creo que eso es súper fundamental, declaró el periodista.
“Y del mismo modo, creo que sería muy saludable para el país, y sería un reflejo de la realidad en que vivimos", añadió. "Sí, efectivamente, existe un proceso de articulación de la oposición […] dentro del marco democrático, es decir, de la oposición que pueda haber en Cuba, porque es un ejercicio desde el punto de vista político de reconocimiento de la diferencia”.
Incluso antes de los desafíos planteados por Escobar, Baró y Aleaga Pesant, más de un panelista evitó el discurso dogmático.
Armando Franco, el director de la revista Alma Mater, declaró que a sus 27 años quisiera disfrutar de sus alegrías, porque como cubano disfruta de muchísimas alegrías en su país, pero gestionando sus tristezas y no acumulándolas.
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“Acumulando planes frustrados, acumulando convivir con tres o cuatro generaciones en un mismo hogar, acumulando amigos que se van todos los días, acumulando regulaciones arbitrarias, acumulando burocracias que entorpecen y hacen perder el tiempo”, dijo.
Habló también de trascender la unanimidad. “Creo que hay que respetar al que piensa diferente”, manifestó. Y se opuso a los estereotipos que, a juzgar por su propio rechazo, caracterizarían indebidamente a los cubanos.
“Es equivocado de ambas partes catalogar a las personas de una manera: ni todos los que se van son traidores y mercenarios, ni todos los que nos quedamos somos cómplices de las cosas que tienen nombres, que tienen responsables”, dijo Franco.
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Para Eric Carballoso, de OnCuba, no fue difícil responder la pregunta de si el periodismo libre practicado en Cuba ha influido de algún modo en lo que hacen los medios oficiales.
“En el tema de si la prensa independiente puede mejorar la prensa pública tradicional yo creo que ya lo ha hecho en cierto sentido, de alguna manera”, comentó. Y “no solo la que tiene un enfoque más hacia lo social, hacia lo económico: también hacia lo cultural, hacia lo deportivo”.